El pasado viernes 17 de mayo, los estudiantes de la Carrera de Ingeniería Ambiental realizaron una salida de campo a Esmeraldas, su objetiva era medir la capacidad máxima del suelo para absorber agua.

La finalidad de esta práctica es enseñar a los estudiantes, en el contexto hidrológico, el uso productivo del suelo como un recurso natural renovable, manifestó la coordinadora de la Carrera, Paola Posligua.

Además, busca que los jóvenes entiendan la interrelación entre el agua y la vegetación dentro de la unidad hidrológica (denominada micro-cuenca), y a partir del gráfico de velocidad de infiltración versus tiempo, puedan analizar la posibilidad de lograr agricultura ambientalmente sostenible, en el marco de la lucha contra la pobreza en las regiones cercanas al mar.