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Día del ADN

El 25 de abril se celebró el Día del ADN que conmemora la finalización, tanto de su descripción en 1953, como el final del Proyecto Genoma Humano, que decodificó las 3 mil millones de letras químicas del ADN humano. Supimos que tenemos 23 mil genes distribuidos en 46 cromosomas y que nos parecemos a todas las especies conocidas porque esencialmente tenemos el mismo ADN, aunque con mayor o menor complejidad.

Las aplicaciones del conocimiento del genoma invaden en la actualidad todos los campos de la vida. Enfermedades, tendencias, miedos, respuestas al tratamiento, y más, se explican en los genes. La tecnología del análisis genético se ha incrementado vertiginosamente y ahora podemos acceder a nuestro genoma en pocas horas.

El Ecuador evidencia interés en la genética desde hace cientos de años, aunque más como actividad personal que como especialidad médica. Hasta donde hemos podido investigar, culturas como la Valdivia, Chorrera, Jama-Coaque, entre otras, tienen piezas arqueológicas que representan problemas genéticos. Las primeras referencias bibliográficas sobre genética humana datan de 1839 (Solano) y el primer libro de 1954 (R. Hoffstetter). Varios trabajos esporádicos sobre cromosomas y herencia se evidencian hasta 1987 cuando se crea la Sociedad Ecuatoriana de Genética y se desarrolla esta rama como especialidad médica.

Esta historia fue recogida de forma gráfica en la exposición ‘Día del ADN’, coordinada por la Dra. Paola E. Leone y que organizó el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UDLA, la semana pasada. Durante las conferencias de los 24 genetistas ecuatorianos y 2 extranjeros (USA), se mostraron los logros de esta ciencia extraordinaria. Complace ver que de 5 genetistas que comenzamos en 1987, ahora hay muchos jóvenes y profesionales interesados en los apasionantes descubrimientos. Tecnológicamente también hemos avanzado, y de los iniciales estudios cromosómicos simples ahora contamos en el país con técnicas moleculares, secuenciación de genes, biochips, pruebas de metabolismo, forense, tamizaje neonatal y prenatal; en suma, hemos ido hacia adelante.
Falta mucho por hacer. Los genetistas humanos debemos plantear caminos y soluciones nacionales al 30% de discapacidades de origen genético, a los tóxicos de los genes, las enfermedades raras y huérfanas, las necesidades de fármacos para estos problemas, a la investigación de punta, a servir con acciones concretas a la salud pública genética, aún poco atendida desde el sector oficial, desafíos que se presentan para ir hacia el nuevo
Día del ADN.

Autor: César Paz y Miño

Fuente: www.telegrafo.com.ec