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Genética y neorracismo

Una de las dificultades en la genética humana actual es la definición de raza. Desde el punto de vista de los genes, existe una sola raza: la humana. Toda la humanidad cuenta con la misma esencia genética, es decir 23 mil genes que le proporcionan características únicas como especie.

Durante la historia de la humanidad, diferentes factores biológicos y ambientales han determinado que las diversas poblaciones del mundo concentren y compartan, en mayor o menor grado, características genéticas que no les proporcionan ventajas reales de una población sobre otra, sino, y simplemente, les hacen a unos individuos propensos a ciertas patologías y no a otras, o viceversa. En términos reales, la diferencia entre individuos es mínima, menor al 1%, pero es suficiente para proporcionar individualidad incomparable. Nadie mejor, nadie peor, solo diferentes.

Los individuos con genes comunes suelen compartir también otros elementos como área geográfica, folclore, conocimientos, ideologías, y eso conforma lo que llamamos etnias; cientos repartidas en el mundo, todas con similar ADN.

Lastimosamente, los datos genéticos actuales han servido para revivir viejos conceptos raciales, porque existen investigadores que pretenden caracterizar y clasificar los antecedentes biológicos, culturales y aun de comportamiento, con la intención de discriminar.

Entre los genetistas neorracistas existe el ‘mito del africano enfermo’, es decir se promueven supuestas evidencias genéticas que hacen a la población originaria de África más propensa a algunas enfermedades, pero se olvida que los determinantes de salud no son solo biológicos, sino que habría que buscar la razón de la enfermedad también en las diferencias que crea la voracidad del sistema financiero mundial, la inequidad económica, el hacinamiento de la pobreza en el mundo, la inseguridad y la explotación laboral. Esto no tiene nada que ver con los genes.

El tema del neorracismo ha llamado tanto la atención que fue el eje del ciclo de conferencias de la Asociación para el Avance de la Ciencia, celebrado en Chicago y que concentró los postulados de varios genetistas y antropólogos especializados en estos temas, quienes aseveraron que es peligroso para la humanidad revivir estas tendencias que han hecho tanto daño en la historia.

Es preciso, por tanto, combatir el neorracismo y sus tendencias, y debemos expandir los conceptos genéticos verdaderos que aproximan a la humanidad, dan esperanza de convivencia pacífica y armónica y destierran valores absurdos y creencias anticientíficas contrarias a los principios elementales de los derechos humanos.

Autor: César Paz y Miño

Fuente: www.telegrafo.com.ec