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Resiliencia genética

Resiliencia es un término utilizado de la metalurgia y adaptado a muchas ciencias, y hace referencia a la capacidad que tienen algunos materiales de volver a su estado natural luego de ser moldeados o manipulados. Aplicado en medicina se utiliza para explicar  la capacidad de recuperación física, o psíquica, o de salud de una persona, frente a la influencia de un factor externo.

En genética el término también tiene cabida. El material genético, el ADN, es maleable, está sujeto a una serie de presiones externas que sin llegar a mutarle, hacen que la manifestación del gen varíe. Estamos expuestos a miles de químicos del ambiente; estos alteran la estructura del ADN, sea rompiéndolo o uniéndose a él para alterar la lectura genética.

Pero el ADN es resiliente, tiene la capacidad de corregir los errores y volver a su estado normal. Aunque no siempre sucede esto, la mayoría de individuos tiene ADN resiliente. Quienes en sus mecanismos moleculares no lograron corregir el daño manifestarán cambios permanentes de sus genes y se evidenciarán enfermedades, como cáncer, diabetes y degenerativas.

Las investigaciones genéticas se han centrado en estudiar los genes de enfermedades para sacar conclusiones terapéuticas. Basándose en el concepto de resiliencia, se conformó el Proyecto Resiliencia dirigido por Stephen Friend, de Sage Bionetworks, empresa investigativa biomédica, sin fines de lucro, que plantea una visión opuesta, es decir, mirar a los sanos y sus mecanismos de recuperación (resiliencia) para entender a nivel genético lo que ocurre frente a la enfermedad.

El Proyecto Resiliencia busca a personas que teniendo susceptibilidad a una enfermedad genética o teniendo una variante en sus genes, que les hace proclives a enfermar, no se enferman. En estas personas deben existir procesos de resiliencia genética aún ocultos para los investigadores. Se calcula que 1 de cada 15 mil personas podrían tener uno de los genes resilientes.

En la búsqueda de esta propiedad de los genes se conocen ejemplos. Así, un gen protege el desarrollo del sida y aunque la persona está con el virus, este no produce la enfermedad; individuos normales tienen mutado el gen de la fibrosis quística y no presentan síntomas; algunas personas tienen una mutación genética y son resistentes a la malaria; otras son tolerantes a la leche, etc.

La resiliencia genética con seguridad surge en la evolución de las especies y es un atributo adaptativo de los genes.  Su desciframiento es todo un desafío para los científicos.

Autor: César Paz y Miño

Fuente: www.telegrafo.com.ec