udla

Historias neandertales

Compartimos el artículo de Diario El Telégrafo en el que César Paz y Miño, Decano del Instituto de Investigaciones Biomédicas, nos habla sobre el árbol evolutivo.
Mira la noticia original aquí 

En el árbol evolutivo, los primates constituyeron un tronco ancho con muchas ramas, una de ellas la de los simios superiores como el chimpancé, que se dividió hace unos 6 millones de años, y otra de los homínidos que fueron de diversos tipos, y solo uno de ellos llegó a ser el hombre moderno.

En la historia evolutiva nos acompañó por medio millón de años y hasta hace unos 30 mil años, una especie muy parecida a la nuestra, los neandertales. De físico ancho, fuertes, consumidores de 5 mil calorías diarias (el doble de las consumidas por los humanos modernos), con nariz y boca prominentes, cerebro muy grande, incluso mayor al nuestro.

La visión que tenemos de los neandertales es tal vez tergiversada: primitivos, salvajes, toscos en su físico, poco sociables y otros rasgos menos sutiles. Pero los estudios modernos de la genética aplicada a los restos fósiles (paleogenética), nos cuentan otra historia.

Los neandertales eran caníbales, pero al parecer tenían un área cognitiva potente que les permitió expresarse con símbolos y tener algún tipo de arte muy básico denominado musteriense; cuidaban heridos, lo que evidencia sentimientos altruistas. Pero lo más relevante son los hallazgos genéticos en su ADN.

Desde el 2006, en el proyecto mundial Genoma Neandertal se han descifrado molecularmente cuestiones fascinantes. Existe ya mucha información sobre nuestros contemporáneos evolutivos. Sabemos que tienen casi el mismo ADN que los humanos actuales, coinciden en el 99,7% en sus 3,2 mil millones de letras químicas de la vida. Con los chimpancés comparten 94% de los genes al igual que nosotros. También se caracterizaron genéticamente las mitocondrias neandertales, corpúsculos intracelulares productores de energía, y con genes, y se sabe que tienen diferencias en 202 letras químicas, mientras que con los chimpancés se diferencian en 1642.

El genoma neandertal revela que compartimos el gen de los grupos sanguíneos ABO, los genes de la intolerancia a la lactosa, del color rojo del pelo, del habla, de la susceptibilidad a los cinco sabores básicos, tenemos genes similares de inmunidad, funcionamiento de esperma, factores de crecimiento, susceptibilidad a fármacos actuales y más.

Los humanos modernos recibimos hasta un 4% del genoma neandertal, lo que significaría que coexistimos en los mismos períodos, aunque esto se ha cuestionado según calendarios genéticos que nos distancian más milenios. Hay mucho por decir de nuestros parientes neandertales y de su ADN, pero aún sigue siendo un mito el poder clonarlos pese a conocer su genoma.