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Sociedad Investigadora aporta a la detección del cáncer de mama

Compartimos el reportaje elaborado por Diario La Hora en el que Carolina Echeverría, investigadora UDLA, habla sobre la detección del cáncer de mama.
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Durante 36 meses Carolina Echeverría analizó 200 de personas afectadas con este mal.

Aunque todavía no obtiene su título universitario de Ingeniera en Biotecnología, la ibarreña Carolina Echeverría, quien tiene 22 años ya posicionó al Ecuador en la agenda mundial de la investigación científica de alto impacto, es decir aquella que busca soluciones a los principales problemas que aquejan a la humanidad.

Carolina Echeverría es ayudante de cátedra, investigadora de Biotecnología y estudiante de pregrado.

En un congreso internacional de ciencias celebrado en junio anterior en Alemania, ella informó directamente a 38 premios Nobel de Medicina sobre las nuevas posibilidades que hay para enfrentar el cáncer de mama. La ecuatoriana expuso una investigación del equipo universitario en el que participó, que plantea un método de detección oportuno sobre el riesgo de padecer este mal.

Mi sueño es que esta prueba se implemente en cualquier hospital, que sea acequible a personas de escasos recursos o medio nivel porque la enfermedad del cáncer no ve si eres rico o pobre”.
Lo que propone el estudio es analizar los cambios que se producen en los genes cuando hay un déficit de la vitamina B. También se formulan sugerencias concretas para la aplicación de este método en hospitales públicos.

Pese a la trascendencia de esta novedad científica para el mundo académico, Echeverría prefiere considerar a este estudio como un punto de partida para explorar nuevos horizontes científicos.
Echeverría, quien cursará una maestría en Oncología Molecular en el Reino Unido, es un ejemplo de esfuerzo. Actualmente es ayudante de cátedra y también se prepara para defender su tesis. Su tenacidad y actitud jovial es lo que destacan sus compañeros y maestros.
También trabaja en el laboratorio del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de las Américas (UDLA). Hace tres años llegó ahí para iniciar sus prácticas y ya tenía claro lo que quería investigar. “Mi abuelita por parte de mi mamá tuvo cáncer de mama y yo sé lo duro que puede ser para una hermana, madre, esposa y toda su familia. Ese fue mi motor para incluirme en esta investigación”.

La ecuatoriana compartió su experiencia con 38 premios Nobel de Medicina.

Detalles de la investigaciónFue la segunda institución a la que ingresó. En la primera, donde cursó apenas un año de Bioquímica Clínica no encontró las facilidades para cumplir su propósito personal.

 

Durante 36 meses, Echeverría estudio el gen ‘MTHFR’ y los cambios que se producen por el déficit de vitamina B.

Las personas que lamentablemente padecen de cáncer de mama deben mantener una dieta más balanceada que el doctor ya sabe qué medicina prescribirle no un millón de pastillas de las cuales solo le sirve la vitamina B”.

Obviamente, se consiguió las muestras con consentimientos informados y comités de ética”.
“Lo primero que necesitaba era pacientes. Entonces fue un largo proceso de ir al hospital a conseguir muestras, llegué a hablar con las personas que padecen cáncer y me dio ganas de seguir adelante porque se veía la cara de felicidad porque se está implementando este tipo de investigaciones.

 

En total analizó 200 muestras de tejidos. Los estudios demandaron el uso de químicos y equipos que fueron importados. Algunos demoraron en salir de la aduana debido a que los agentes aduaneros creyeron que iban a utilizarse en la elaboración de drogas.

Premio a la paciencia

“Hubo muchas personas que quisieron trabajar conmigo, pero me acompañaron máximo dos meses, les parecía aburrido. Prácticamente me dediqué de lunes a viernes, incluso sábados y domingos hasta la noche, y uno no ve los resultados de un día al otro como en otras profesiones, sino luego de años”.
Esta investigación representó para Carolina y para su compañero, Fabián Oña, una beca completa para proseguir con sus maestrías en la universidad que ellos decidieran, pues ganaron el primer lugar del Concurso de Reconocimiento a la Investigación Universitaria, en la categoría Salud y Bienestar, organizado por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). (JCER)