La competitividad turística se basa en tres ejes centrales, que son: el marco legal que rige la actividad, el entorno empresarial y la infraestructura, además el recurso humano, natural y cultural del que dispone un destino. Estos elementos deben ser trabajados de manera integral y estratégica, desde la parte pública, privada y académica, pero en ocasiones se mal interpreta el termino de competitividad, entendiéndola únicamente como un proceso de promoción y de prestación de servicios. Sobre este tema, se pronuncia Gabriela Romo, coordinadora de la escuela de Hospitalidad y Turismo de la Universidad de las Américas – UDLA, señalando que en efecto, competitividad turística muchas veces se confunde o se mide, desde el porcentaje o cuota que se ocupa en un mercado, así como con el número de visitantes que entran a un destino turístico. En cuanto al rol de todos los actores, dijo que lo primero es concientizar que Quito y otras ciudades del Ecuador deben tener una visión global, conociendo que América Latina tendrá en 10 años, 198 ciudades importantes que generarán millones de dólares en la economía de la región.