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Los matrimonios precoces provocan vacíos emocionales en adolescentes

Compartimos la noticia publicada por Diario El Comercio en la que Wagner Villacís, docente de la Escuela de Psicología UDLA, habla sobre los matrimonios precoces.
Mira la noticia publicada aquí.

Cuando se enteró de que estaba embarazada pensó en casarse con su novio. Pero luego, la idea de vivir en unión libre le llamó más la atención.

Tania, de 17 años, en ese momento salió de la casa de sus padres para vivir con su pareja con el objetivo de que en un futuro podrían formalizar su relación. Pero a penas nació la niña, su pareja se fue y ella regresó con su familia.

Para la adolescente, ahora el matrimonio ya no es una buena alternativa ya que cree que se necesita de más tiempo para conocer a la pareja y disfrutar de la juventud y los estudios. “Cuando una chica se queda embaraza lo adecuado no es que la obliguen a casarse, ya que eso no solucionaría el problema”, comenta Tania.

Desde el 2009 hasta agosto del 2014, el Registro Civil registró cerca de 7 829 matrimonios de menores de 18 años, siendo el género femenino el que tiene más casos con 6 740, a diferencia del masculino con 1 098.

Wagner Villacís, docente de la Escuela de Psicología de las Universidad de las Américas (UDLA), señala que empezar una relación formal de pareja como el matrimonio o la unión libre cuando se es muy joven trae consecuencias psicológicas importantes.

En la adolescencia el ser humano todavía está en plena construcción de su identidad y no se ha logrado aun el objetivo principal del desarrollo que es la autonomía. Esto podría provocar vacíos emocionales en los adolescentes.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas señala que una fuente de riesgo especialmente peligrosa para la salud y la vida es la prevalencia de los matrimonios infantiles en los países en los que la tasa de jóvenes es más alta.

Aproximadamente se calcula que cada día se casan 39 000 niñas, es decir, 140 millones de niñas casadas en 10 años en el planeta.

Mayra, de 18 años, tuvo complicaciones durante y después del embarazo. Su hija nació con problemas de salud y por eso no ha podido trabajar ya que debe pasar todo el tiempo cuidándola. Además, después del parto tuvo neumonía y su salud se deterioró.

El Fondo para la infancia de las Naciones Unidas (Unicef) indica que las consecuencias del matrimonio antes de los 18 años para las mujeres son graves. Ya que las niñas y adolescentes mujeres están expuestas a riesgos como los embarazos a temprana edad y de forma consecutiva las infecciones transmitidas sexualmente y el VIH-Sida.

A esto se suman los riesgos de mortalidad materna ya que existen complicaciones durante el embarazo y el parto, y las niñas casadas tienen más probabilidades que las mujeres casadas de sufrir violencia y otros abusos por parte de sus maridos. Incluso representa otro problema social, pues se les complica obtener trabajo. Además influye en su desarrollo, porque su proyecto de vida se trunca.

Villacís señala que a las consultas clínicas y de terapia familiar llegan parejas que han empezado una relación muy temprana y, generalmente, son las que presentan problemas de convivencia más rápido que otras que se casaron adultas.

El 21 de abril pasado, la Asamblea Nacional aprobó las reformas al Código Civil y definió que la edad mínima para casarse sea de los 18 años, en lugar de 12 para niñas y 14 para niños. El proyecto todavía no es aprobado por el Ejecutivo. La estandarización de la edad, para David Meza, especialista en derechos civiles, es positiva porque elimina una forma de discriminación .

Sin embargo, existen contradicciones con las otras leyes del país que establecen que los jóvenes pueden votar a los 16 años y también realizar actividades laborales.

María Ángel Muñoz, asambleísta de Alianza País (AP), recordó que con el antiguo Código Civil se podía contraer matrimonio con el consentimiento de padres a cambio de una contraprestación. Pero ahora “la visión del matrimonio cambió y se garantiza el derecho integral de los jóvenes”.