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Huella esperanza: vencer el cáncer y ayudar a otros

Huella Esperanza, en la Universidad de Las Américas, es un espacio dedicado a pacientes oncológicos y sus familias.

Yo soy una sobreviviente de cáncer de seno. Mi mamá también lo tuvo, pero es cierto que hasta que uno no lo vive, no lo dimensiona”, dice Verónica Duque, coordinadora del club Huella Esperanza y tutora del club Asociación de Estudiantes de Medicina para Proyectos e Intercambios de la UDLA. A Verónica le detectaron cáncer de mama hace siete años. Fue parte de los 102.681 nuevos casos que se registraron en la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer, Solca, en Quito entre 1985 y 2008. El tumor estaba en estadio uno -era invasivo, pero tenía el 80% de probabilidades de sobrevivir.

Sin embargo, esa probabilidad pudo haber sido mayor si lo hubieran detectado un año antes, cuando acudió al ginecólogo con un nódulo menor a cinco milímetros. El doctor le dijo que no era grave. No obstante, recibió un tratamiento de dos años con 30 quimioterapias y radioterapias. “Muchos médicos equivocan sus diagnósticos cuando no son especialistas”, dice Verónica. Los ginecólogos pueden ser el primer paso para la detección del cáncer de seno, de ovarios o de útero; sin embargo, deben referir el caso a un mastólogo u oncólogo.

Durante el primer año de tratamiento, se recluyó en su casa porque sus defensas eran bajas. Complementó su tratamiento con reiki,  una terapia alternativa que consiste en la canalización de energías. “Para mí, fue el 50% de la quimioterapia y el 50% del reiki ”. Ahora debe someterse a exámenes periódicos cada seis meses para asegurar que el cáncer sigue en remisión.

“Me marcó una conferencia en la que escuché que habrá millones de muertes si es que nadie hace nada por esta enfermedad”, comenta Duque. Según la Organización Mundial de la Salud, entre 2012 y 2032 los casos de cáncer habrán aumentado un 70%, es decir, 22 millones de personas serán diagnosticadas con esta enfermedad.

En esa conferencia nació en ella la idea de trabajar por la detección temprana. Organiza charlas en colegios y universidades. En mayo se realizó un conversatorio con el doctor Jorge Granja, en la UDLA. Además, tenía un espacio semanal en el programa “Enfoque” de radio Pichincha Universal donde hablaba con especialistas y sobrevivientes de los distintos tipos de cáncer.

“El cáncer me ha dejado legados muy grandes e importantes y que han cambiado para bien mi vida”. Ahora Verónica es parte de Huella Esperanza en la Universidad de las Américas, un espacio dedicado a pacientes oncológicos y sus familias. El club está patrocinado por la fundación Real Madrid de España. Es una de las 300 escuelas de fútbol alrededor del mundo dedicadas a grupos vulnerables.

Los domingos, los niños reciben clases de este deporte en las canchas de la UDLA e incluso participan en campeonatos externos. Sus familias realizan distintas actividades: talleres de emprendimiento, liderazgo y terapia ocupacional. Los cursos son impartidos por estudiantes y docentes voluntarios del proyecto.

Verónica venció al cáncer y utilizó su experiencia como una oportunidad para ayudar a otros pacientes. “Si una persona salva su vida mediante la detección temprana, gracias a las acciones que hemos tomado, pienso que habrá valido la pena todo el esfuerzo”.

Redacción Mundo-UDLA