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Adaptándose al primer año de escuela

Compartimos la noticia publicada por Revista Familia en la que Marisol Intriago, docente de la Facultad de Educación UDLA, habla sobre la adaptación en la escuela.
Mira la noticia publicada aquí.

El primer año de escuela puede ser muy complicado. No solo por los conocimientos que se imparten, que resultan nuevos para los pequeños, sino también porque a los niños se les dificulta adaptarse a compartir muchas horas de su día con personas extrañas.

Aunque hayan ido a una guardería antes y sepan cómo funciona el día a día, el empezar en un nuevo lugar siempre será complicado y los padres y maestros deben entender que puede tomar algún tiempo hasta que se logre paz en el aula.

La capacidad de un niño para integrarse a un ambiente nuevo depende mucho de su forma de ser, pero también de la manera en la que se desarrolla el proceso de su adaptación.

Salir de casa y sumarse a un ambiente nuevo, con compañeros a los que no ha visto nunca, con normas distintas que deben aprender y en un lugar desconocido, no es fácil. Por si fuera poco, papá y mamá no están allí para ayudarles.

En la primera infancia, el apoyo y la ayuda de los padres es vital para conseguir el éxito deseado en el futuro.

“La adaptación es un tema del que se habla continuamente y, sobre todo, al inicio de cada año escolar”, pero es un proceso que puede durar un tiempo antes de que los chicos se sientan seguros, explicó Marisol Intriago, lingüista, experta en la metodología Montessori y docente de la Facultad de Educación de la Universidad de las Américas (UDLA).

Los padres siempre buscarán la mejor alternativa para la educación de sus hijos. Seguro, antes de colocarlos en algún centro, revisaron todas las opciones y analizaron el tipo de educación que querían para formar a sus pequeños. Esta seguridad de haber elegido el mejor lugar posible para ellos es la que se debe transmitir a los niños, para que ellos se sientan seguros.

Además, es fundamental que los padres eviten frases como “ojalá se adapte”, “estoy nervioso”, “en mi tiempo no entraban tan chiquitos”. “Todos los comentarios deben ser positivos. Si los padres tienen algún cuestionamiento, deben hablarlo con los profesores, pero no comentarlo delante de su hijo”, explicó Intriago.

Si para los adultos empezar un nuevo trabajo resulta difícil, no se diga para los niños, que todavía no tienen los suficientes elementos para actuar frente a las nuevas circunstancias.

Por ello es bueno tener claro que lo que los padres hacemos influye directamente en los chicos. Así, evíteles el estrés cuando comience el día.

Procure no agobiarlos o apresurarlos para que se vistan, desayunen y salgan pronto de casa, porque eso puede generar una mayor presión y los pequeños pueden sentir que se los obliga a ir al colegio y actuar de forma negativa frente a la enseñanza.

Para la experta, a más del trabajo en casa es fundamental el rol que juega el centro educativo. “Es importante que los padres conozcan de qué manera se lleva el proceso adaptativo. La comunicación es primordial. Es importante que los maestros comprendan que es un paso grande para el niño y su familia, y ser motivadores y alentadores, más no críticos”, puntualizó Intriago.

La adaptación puede tomar algún tiempo y a veces hay retrocesos, pero con paciencia se lo consigue.