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Una labor que beneficia al desempeño de las familias

Estudiantes y docentes de la Carrera de Psicología trabajan en el proyecto ‘Roles de género en el entorno familiar’, con las familias de la Comunidad El Topo, en Imbabura.

Los roles de género representan las funciones o representaciones que ponen en evidencia hombres y mujeres, frente a la sociedad y que los definen como tales frente a la cultura. El cuestionamiento frente a los roles que desempeñan hombres y mujeres es el que ha permitido el desarrollo del proyecto ‘Roles de género en el entorno familiar’.

La comunidad El Topo se encuentra situada en Imbabura y pertenece al cantón Otavalo. La mayor parte de su población es indígena, de nacionalidad Kichwa y  específicamente pertenece al grupo étnico Kayambi.

El proyecto inició en el 2015 y culminará en el 2017. De este participan de forma multidisciplinaria docentes y estudiantes de Psicología especializados en psicología clínica, psicología social y comunitaria, terapia sistémica familiar y estudiantes de la Carrera de Publicidad.

‘Roles de género en el entorno familiar’ tiene como objetivo general  fortalecer las relaciones familiares de la comuna ‘El Topo’, en base a los roles de género de los miembros de la familia. Esta labor está enfocada al trabajo con hombres y mujeres adultos que pertenecen a  la comunidad. Busca sensibilizar  acerca de los roles de  hombres y mujeres dentro de la familia, capacitar a hombres y mujeres sobre la formación de un proyecto de vida en base a deberes y responsabilidades, y finalmente en evaluar el proyecto y su sostenibilidad.

“La voluntad y paciencia que ha caracterizado a cada uno de los estudiantes y a los profesores de la UDLA, ha hecho que impulsemos este reto, para que todos los comuneros nos enfoquemos en nuestras convivencias familiares, para  tomar correctivos y llegar a grandes cambios en la estructura familiar y social”, acotó Leonidas Colta, líder comunitario del 2015.

El trabajo comunitario se genera a partir de los cuestionamientos y reflexiones de la comunidad. Los docentes y estudiantes acompañan en este camino a los comuneros  y comparten espacios propios de la comunidad como fiestas y mingas así como espacios reflexivos frente a problemáticas específicas. Se puede decir que el proyecto genera su práctica en base a la investigación acción participativa.

La identificación de la problemática ha sido un proceso participativo entre la comunidad, los estudiantes y docentes de la Escuela de Psicología; la mayoría de problemáticas encontradas en el diagnóstico inicial se enfocaron a disfunción familiar. Este diagnóstico se llevó a cabo durante seis meses, en los cuales se aplicaron técnicas cualitativas y cuantitativas de análisis, que permitieron conocer la realidad de la comunidad en función de la población que ahí reside y de los líderes y agentes clave de la comunidad.

Luego de llevar un análisis de estas estrategias, se ha realizado un trabajo con líderes comunitarios y actores claves voluntarios, en la detección de necesidades y planteamientos de objetivos de trabajo, basado en un modelo lógico. En este proceso se pudo encontrar que:

  • Existe gran desigualdad de deberes y responsabilidades en el hogar y en la comunidad para hombres y mujeres (División del Trabajo en base del Género).
  • Se han relegado muchas funciones en estos dos ámbitos a la mujer, que en muchos casos es madre, siendo quien se encarga de la crianza de los hijos (trabajo reproductivo o de cuidado), de la producción agrícola y trabajo con el ganado dentro de la comunidad (trabajo de subsistencia).
  • El varón trabaja fuera de la comunidad y solo regresa a la misma el fin de semana, tiempo que tampoco lo emplea para la familia (trabajo productivo).
  • Los jóvenes están solos y carecen de proyectos de vida a futuro y hay una gran deserción escolar (oportunidades y capacidades limitadas).

Debido a esta dinámica familiar, se han visto afectadas las relaciones de pareja entre los padres, que además de no ser de calidad, en muchas ocasiones están atravesadas por el maltrato. Otro factor a considerar es el consumo excesivo de alcohol por parte de los hombres. Por otro lado los niños y niñas, adolescentes y adultos jóvenes de la comunidad se ven en abandono tanto por su padre como por su madre, lo que se ha visto representado en conductas agresivas dentro del entorno escolar.

“El acercamiento comunitario y el trabajo de campo que se ha ido generando, ha permitido vincular temas comunitarios y sociales de reconocimiento de conceptos como: investigación acción, calidad de vida, empoderamiento, fortalecimiento, sentido de comunidad, entre otros. Por otro lado, la experiencia permite que se descubra la función del profesional en psicología en cada visita, siempre reconociendo que la comunidad es la que conoce sobre sí misma y que el trabajo de los estudiantes y docentes es de aprender con ellos, mostrando recursos teóricos que nos permiten traducir lo empírico a algo teórico, más no imponer el conocimiento. Los estudiantes son partícipes de un trabajo tangible que se vuelve mucho más dinámico que otros trabajos o lineamientos teóricos tratados en el aula”, contó Paula Yépez, líder del proyecto y docente de la escuela de Psicología .

Esta iniciativa también se desarrolla en conjunto con la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional.

Impresiones de los beneficiados:

“Luego de varias socializaciones con los documentos de los estudios realizados, como Cabildo, nos enfocamos en que las cosas se den mejor de  manera muy paulatinamente, ya que las personas aprendieron a valorar nuestras costumbres y tradiciones que de a poco estaba por perderse de la localidad, y hoy por hoy se sienten muy motivados, para seguir construyendo lo que estábamos perdiendo, nuestros conocimientos ancestrales”, mencionó Leonidas Colta.

Impresiones de los participantes del proyecto:

“El hecho que ya se haya dado todo un proceso de vinculación y trabajo de colaboración con la comunidad, ya es un paso que va cambiando la realidad de las personas de la comunidad, al estar nosotros presentes ahí como participantes e investigadores. A través del proceso que se ha realizado y el haber identificado sus necesidades creo que nos permitirá en una siguiente etapa del proyecto generar un mayor beneficio e impacto en sus vidas; mayor de lo que se ha dado hasta el momento”, manifestó Daniel Suárez, estudiante de séptimo semestre de Psicología.

“Participar en este proyecto, ha sido muy enriquecedor, me ha brindado  la oportunidad de relacionar aspectos teóricos a una realidad concreta,  además me ha permitido a través del proceso, adquirir habilidades y nuevos conocimientos en la manera de realizar investigación en el área psicológica, desde implicaciones éticas a implicaciones instrumentales. Por otra parte, ponerme en contacto con los miembros de la comunidad me ha permitido poner en práctica herramientas como la escucha, la observación, empatía y me ha ayudado a entender que para intervenir en un contexto comunitario, no basta el saber, es necesario conocer creencias, costumbres, tradiciones propias del lugar”, finalizó Gisselle Oleas, estudiante de séptimo semestre de Psicología.

Posteriormente, se plantea realizar análisis profundos de los resultados que se obtengan en el resto de actividades que se tienen planificadas, así como talleres de sensibilización en tema de roles de género y capacitaciones a toda la comunidad.