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Edición genética de embriones

Compartimos la noticia publicada por Diario El Telégrafo sobre la “Edición Genética de Embriones” donde César Paz y Miño, Decano del Instituto de Investigaciones Biomédicas, da su opinión al respecto
Mira la noticia publicada aquí.

Como se esperaba para este año, el Comité regulador de la fertilidad del Reino Unido (RU) aprobó la edición genética de embriones humanos mediante la técnica de ingeniería genética denominada CRISPR/Cas9, por la cual, según la líder del proyecto Kathy Niakan, se pretende entender cuáles son y cómo actúan los genes involucrados en el desarrollo normal del embrión humano, así como apoyar a las parejas que tienen problemas de fertilidad y, finalmente, utilizar estos conocimientos para curar enfermedades.

Una vez anunciada la aprobación, las voces de protesta no han esperado. Han vertido los mismos y tradicionales argumentos: que no es moral, que el embrión es intocable, que está contra natura, que atenta contra la fe religiosa, que se discriminará genéticamente, que viene la era del diseño de bebés a la carta. Pero parecería que tras todo esto hay más bulla que verdad.

Lo que se ha aprobado es que un grupo específico de investigadores podrá tener a disposición un número limitado de embriones donados con todas las aprobaciones legales y éticas, para que sean evaluados a la luz de las nuevas técnicas moleculares y ver si estas son efectivas o no. Aún falta que se demuestre la inocuidad del CRISPR y solo después se discutiría la implantación en un útero materno para el nacimiento de un hijo sano.

Las posibilidades terapéuticas de la técnica CRISPR son impresionantes. Ya se probó con éxito en una enfermedad de la sangre y se piensa que podrá utilizarse en muchas otras. Lo que causa temor social es su mal uso. La pregunta clave en esto es: ¿Quién hará mal uso? La respuesta más sencilla es: Quienes pueden desarrollar la técnica.

La ética es un buen punto de partida para toda investigación, pero hay casos históricos en que se violó la ética por intereses que van más allá de la ciencia e invaden la geopolítica y el poder. Las sociedades debemos estar alertas al mal uso de la técnica independientemente de dónde provenga; pero debemos estar abiertos a su uso positivo, quitarnos los velos de moralidad y religiosidad, y mirar los cambios en función de los beneficios humanos. Todos estos criterios ya fueron considerados para aprobar en el RU la manipulación de embriones. El RU ha sido vanguardista en la ciencia y sus logros han beneficiado a las personas.

Preocupa que la corriente tradicionalista que ha caracterizado el tratamiento de estos temas en nuestro medio, logre impedir el desarrollo de estas técnicas y nos prive de su uso para curar y tratar pacientes que aquejados de enfermedades, demandan mejores prácticas de salud pública. (O)