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Nuevos hábitos que salvan al planeta

Si repetimos una acción por 21 días seguidos podremos decir que hemos cambiado un hábito y si lo hacemos durante 60 días lo habremos eliminado por completo de nuestra rutina diaria. Esta es la psicología ambiental que apunta a un cambio de comportamiento y que la debemos tomar en cuenta siempre pero en especial hoy que es el Día de la Tierra.

¿Cómo comenzar a cambiar?

En la casa

  • Lo óptimo es bañarse durante 4 minutos. Durante 7 es lo aceptable y emplear más tiempo que eso es un desperdicio de agua. Para medir el tiempo puedes tomar como referencia máximo lo que duren dos canciones.
  • Dentro de la ducha pregúntate si es necesario usar tantos productos o si solo con shampoo y jabón es suficiente.
  • Cierra la llave cada vez que estés enjabonando los platos, así también mientras te cepillas los dientes.
  • Riega las plantas hasta las 7 am o en la noche porque si lo haces durante el día, el agua se evapora debido al calentamiento de la Tierra.
  • Recolecta el aceite sobrante en una botella. Una gota de este insumo contamina alrededor de 100 litros de agua. Por eso, en lugar de botar el aceite del atún, o el sobrante cuando cocinamos, en el lavabo, se puede colocar en un recipiente. Esa botella la podemos desechar junto con el resto de residuos, donde estará más segura.

En la universidad

  • En lugar de imprimir en una sola cara podemos hacerlo en ambas. Y recordar hacerlo sólo si es estrictamente necesario.
  • Recolecta y guarda los envases de Tetra Pak que utilices. Lávalos y deposítalos en los contenedores especiales ubicados en los diferentes campus de la UDLA.
  • Haz pequeños cambios como colocar letreros que digan: “Apaga la luz al salir”, “Apaga el proyector luego de usarlo” o “Si ves una gotera, reporta a mantenimiento”.
  • Si tienes Pico y Placa es una excelente excusa para no usar tu carro ese día. Comparte el auto con alguien más o usa el transporte público.

Recuerda que debemos cambiar nuestra mentalidad para proteger al planeta. Debemos pensar que el que tiene menos es más chévere y no al contrario. Así, solo consumiremos lo necesario y con ello generaremos sustentabilidad.

Fuente: Mariuxy Jaramillo, Docente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias.