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Causas solidarias mueven a los jóvenes a cocinar sus ideas

Compartimos la noticia publicada por Diario La Hora en la que se destaca la elaboración de barras energéticas por estudiantes UDLA para enviar a las zonas afectadas por el terremoto.
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Universitarios elaboran barras energéticas para enviar a las zonas afectadas por el terremoto.

Con ingredientes naturales que aportan fibra, vitaminas y calorías complementarias a la alimentación, estudiantes de Ingeniería Agroindustrial y de Alimentos de la Universidad de las Américas (UDLA) preparan barras energéticas en sus horas huecas para aportar en las campañas de solidaridad con los damnificados del terremoto que golpeó a Ecuador el 16 de abril.

En uno de los laboratorios de la Universidad, ponen en práctica sus conocimientos por más o menos tres horas al día, en las que producen cerca de 180 barras. Mientras preparan los cereales, Milena Terán cuenta que la idea surgió cuando ella se planteó que su experticia era la preparación de comida no perecible fácil, rápida y que aportara energía.

Comentó su iniciativa con otros compañeros y con algunos profesores, quienes aportaron con sus conocimientos para el estudio técnico correspondiente, en el que determinaron los ingredientes que tendría el producto para que cumpla su propósito.

Barras de solidaridad

Entre conversaciones cotidianas, los primeros cinco chicos que empezaron con el proyecto mezclan la avena, el maní, el salvado de trigo, la cebada y las pasas. De ahí preparan los ingredientes que formarán el caramelo y cortan las manzanas para deshidratarlas. Con minuciosidad, realizan cada paso hasta que llegan al preparado final. Entonces, las barras están listas para empacarse y ser enviadas.

Hace tres semanas que los estudiantes trabajan en el proyecto y ya han podido enviar 800 productos listos para el consumo, junto con las donaciones que se recaudaron de toda la universidad para las provincias afectadas.

Gabriel Pazos, quien cursa el último semestre de la carrera y que se encarga de la coordinación del proyecto, explica que, por sus componentes, el producto cumple la función de aportar energía a las personas y no solo saciar su hambre, sino generar un sentimiento de satisfacción.

Por eso se eligió este alimento que además es no perecible y que, según el estudiante, tendría un tiempo de vida útil de más de seis meses.

Más manos solidarias

En vista de que el proyecto se volvió más ambicioso, hace una semana se abrió la convocatoria a todos los estudiantes, docentes y graduados de la carrera para que pudieran sumarse a la iniciativa.

Al momento, hay más de 30 personas inscritas que de lunes a viernes preparan las 10 mil barras energéticas que se han propuesto como meta hasta junio. En grupos de cinco o seis trabajan en el laboratorio, según su disponibilidad.

La asistente de laboratorio, María Luisa González reconoce de manera especial la organización de los estudiantes y su iniciativa solidaria, que ha movilizado a más personas durante las últimas semanas y ha ido tomando forma.

Asimismo, el profesor de Química de Alimentos Sebastián García, quien ha participado en las jornadas de preparación y ha aportado con sus conocimientos al mejoramiento de la receta, señala que el proyecto tiene buenas expectativas de crecimiento.

El apoyo de las autoridades también ha sido importante, porque están proporcionando todos los insumos necesarios para la preparación de las barras, el acompañamiento técnico y las instalaciones para que la campaña pueda seguir.

El proyecto pretende mantenerse en el tiempo con la implementación de más productos comestibles que puedan beneficiar a los damnificados. Por ejemplo, se prepararán alimentos en conservas. (PCV)