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Principio de una labor humanitaria

La Carrera de Medicina realizó su tradicional imposición del mandil blanco, a los estudiantes egresados de la cuarta promoción, el pasado 10 de junio, 2016 en el Auditorio del Campus UDLAPark.

Con la presencia de autoridades, docentes, alumnos y padres de familia, se desarrolló la ceremonia de imposición del mandil blanco a los estudiantes egresados de la cuarta promoción de Medicina, quienes iniciarán próximamente la Medicatura Rural.

Este rito tradicional de la carrera simboliza el compromiso y la responsabilidad, que adquieren los egresados para desempeñarse en el campo médico e iniciando sus labores en los sectores rurales del país.

Fueron los padres de familia los encargados de colocar el mandil blanco a sus hijos y cobijarlos con abrazos, como muestra de orgullo y felicidad al cumplir una meta más en esta larga carrera académica que concluirá después del año de Medicatura Rural en diferentes sectores del Ecuador.

La voz de los futuros médicos

Rubí Arias Villalba, estudiante egresada de Medicina, recibió de su padre el mandil blanco y se sintió muy orgullosa de haber cumplido con un objetivo más en su vida y espera seguir creciendo tanto personal como profesionalmente.

“Es una responsabilidad completa, ahora emprendemos un camino solos en el que debemos poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en la carrera y estar con quienes más necesitan de nuestra labor”, indicó Rubí Arias Villalba.

Nadie en la familia de  Rubí  es médico, esta vocación nació con el pasar del tiempo, especialmente en el colegio y decidió estudiar en la UDLA porque tenía buenas referencias de la carrera y de los docentes.

Ella y todos sus compañeros están a la espera de la fecha de inicio de la Medicatura Rural y asignación del lugar donde se desempeñará.  Rubí espera especializarse en Geriatría o Anestesiología.

Una historia parecida es la de Andrés Arce, estudiante egresado de Medicina, quien es el primer médico de su familia y su vocación nació a los ocho años. “Siempre soñé con ser doctor y hoy puedo decir que he cumplido parte de ese sueño”, recalcó Andrés.

Sus abuelos le aconsejaban que piense bien, ya que esta profesión es muy sacrificada, pero más pudo su vocación de servicio a los demás.  El recibir el mandil blanco de sus padres le llena de orgullo y sabe que todavía hay mucho camino por recorrer.

“El mandil blanco es algo muy grato, es un símbolo de la meta cumplida de los estudiantes de pregrado, porque esta es una carrera que recién inicia y lo que buscaré es especializarme para poder estar a la vanguardia del conocimiento para poder brindar una mejor atención a quien lo necesita”, finalizó.

Él desea especializarse en Cirugía Plástica reconstructiva de mano o rostro y ha estado revisando ofertas académicas de España, Colombia y Brasil, países que brindan estas especializaciones.  

Felicitaciones a los nuevos graduados, les deseamos muchos éxitos profesionales y que su vocación de servicio sirva de aliciente a los pacientes que tanto necesitan de un médico bien preparado y con gran calidad humana.

Redacción OMNIA