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Día de la Juventud: cuatro claves para vivir con intensidad

Nuevas ideas sobre lo que es ser joven revolotean en el aire. Hasta hace unas décadas se esperaba que las personas terminen el colegio, quizás la universidad, consigan un trabajo, formen una familia y acumulen los suficientes bienes para vivir de la mejor manera, satisfaciendo las necesidades, principalmente de los hijos y ahorrando para la vejez.

Ahora el lema es: “aquí y ahora”. Convertir los deseos en realidad de manera inmediata. Usar el dinero para estudiar una maestría, viajes o lo que fuere es una decisión que los jóvenes toman y priorizan pensando más en el presente que en el futuro, a diferencia de sus papás y abuelos.

A propósito del Día Internacional de la Juventud, que se celebra cada 12 de Agosto, hablamos con Pablo Molina, Director Académico de Psicología de la UDLA, quien nos dio unos tips sobre cómo aprovechar al máximo esta etapa de tu vida.

Pierde el miedo. Aprende a tomar tus propias decisiones y a probar cosas nuevas. Las dudas siempre estarán presentes pero lanzarse al ruedo y luego mirar atrás y decir “lo logré” te dará una sensación única de satisfacción y te hará más fáciles los futuros caminos. Sí, capaz y te equivocas pero todo se puede corregir y si te caes también te puedes levantar.

Ama lo que haces. Elige bien tus caminos especialmente en lo referente a tu profesión. Considera que en lo que estudies trabajarás todos los días de tu vida y debes tener pasión por hacerlo para que cuando llegue el lunes y debas volver al trabajo no sea una carga pesada. Recuerda todo es una cuestión de actitud y de lo que pienses en relación a los diferentes aspectos de tu vida: trabajo, familia, diversión.

Involúcrate y encuentra tu yo interior. Estar en la universidad no solo es asistir a clases y hacer las tareas. Es buscar el crecimiento personal. Es el espacio ideal para preguntarse: ¿qué clase de ser humano quiero ser? Y para eso la vida universitaria es ideal porque puedes añadirle otro toque a tu día a día académico participando de actividades deportivas, sociales, comunicativas, de voluntariado, etc.

Sal de tu zona de confort. Mira más allá de tus cuatro paredes. “Husmea” en otros espacios distintos a los que regularmente acudes. Sé más curioso. Lee mucho y conversa con todo tipo de personas porque eso te creará interrogantes y en esa necesidad por resolverlas seguro encontrarás nuevas opciones y caminos para seguir. En resumen, hay vida más allá de un pequeño mundo. (DB)