Han pasado tres años desde que arrancó el sueño de que el rugby, deporte de tradición noble, se vuelva la bandera para promocionar la salud y el bienestar de niños y adultos de escasos recursos. En la actualidad, el club Cóndores de Mónaco junto con los voluntarios estudiantes de Medicina de la UDLA, se ha convertido en un abanderado de la salud, la inclusión y la educación en barrios de escasos recursos de la ciudad y ha transformado la vida de 120 niños y sus familias.
El proyecto, que nació de la iniciativa del estudiante Juan Carvajal y que cuenta con el apoyo de Said López, docente del Club de Rugby de la UDLA, en 2021 alcanzó un hito que ha sido clave para su crecimiento: contar con el patrocinio de la Fundación Princesa Charlène de Mónaco. En este nuevo año, las escuelas de rugby que también enseñan sobre valores, salud y bienestar, se alistan para atender la invitación que les hiciera su fundación patrona para asistir, en el próximo mes de mayo, a un torneo internacional de rugby en el Principado.
“Estamos contentísimos con esta invitación, fuimos tomados en cuenta junto a 16 países donde actúa la fundación. Estamos súper contentos porque también vamos a ser el único representante de Sudamérica. Es mostrar el resultado final de la primera etapa de estas escuelas de rugby”, comentó Said López.
Para los socios y compañeros, la meta de 2022 será no solo alcanzar los 250 beneficiarios, sino extender la práctica y enseñanzas del rugby a más comunidades de la ciudad de Quito. Actualmente están presentes en el Cerro Auqui (a la altura de Guápulo) y en la Ciudadela Tarqui, en La Mena 2, pero la proyección es llegar a más barrios y crear el primer equipo de rugby del sur de la ciudad.
De la mano de la práctica del deporte, se mantiene firme la misión del proyecto que consiste en la vinculación con la comunidad por medio de la promoción de la salud. Como parte de la cátedra de “Promoción de la salud”, los estudiantes voluntarios de la carrera de Medicina de la UDLA, guiados por el estudiante Juan Carvajal, trabajan en la transformación integral de los niños beneficiarios: “ser saludables no es solamente no resfriarme, es tener mi cabecita limpia, tener un estado de bienestar completo del ser humano. Identificamos todos los determinantes de su salud y creamos estrategias para que las vayan superando de a poquito y les enseñamos cómo enfrentarlos: los empoderamos, les damos herramientas a los niños y sus familias para que enfrenten estas situaciones. Eso hacemos como escuela de Medicina”, comentó Juan. El programa, que arrancó con 3 voluntarios, ahora ya cuenta con la participación de 12 alumnos y el objetivo es que se convierta en un programa oficial y permanente de vinculación y Promoción de la salud. En palabras de Juan, “nos estamos preparando no para dar exámenes o sacar un promedio de 10 o ponernos una bata blanca, sino para que esa bata, que nos da un poder de confianza, una responsabilidad, nos sirva para sensibilizarnos con las personas.
Road to Monaco: del barrio al principado
De cara al reto de atender a la invitación de la Fundación Princesa Charlène de Mónaco, Juan, Said y los Cóndores de Mónaco lanzaron una campaña con el fin de buscar apoyos que permita a la escuela llegar con su equipo hasta el Principado: “queremos mostrar que niños que quizás no podrían salir de la realidad de un barrio ahora van a representar al país y Sudamérica en otro continente”, indicó López.
Para conocer los proyectos y sumarse como voluntario, pueden contactar a la coordinadora de Vinculación de Medicina, Profesora Maritza Díaz
