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Medellín, un caso ejemplar

Menos contaminación ambiental,
menos criminalidad y más
espacios culturales: esa fue la
agenda de cambio que impulsó Medellín
y que la hizo merecedora al título de Ciudad
Más Innovadora del Mundo en 2013.
La recuperación del espacio público
en esa ciudad fue una iniciativa desde
la academia; puntualmente desde las
escuelas de arquitectura. Por ello, los
alumnos de séptimo y octavo semestre
de la Carrera de Arquitectura de la
UDLA viajaron para conocer de cerca
el trabajo realizado por sus pares en
Colombia.
“Esta experiencia constituyó, tanto
para los estudiantes como para los docentes,
un espacio de reflexión y comprobación
de la indisoluble relación que
ha existido siempre entre arquitectura
y ciudad”, manifestó el arquitecto Álex
Narváez, coordinador de la Carrera.
Los alumnos visitaron la plaza Botero,
la comuna de El Belén, el parque Explora,
el Jardín Botánico y los parques
biblioteca España y La Ladera. En estos
lugares comprendieron el trabajo de la
apropiación del espacio, en donde terrenos
abandonados o con edificaciones
antiguas se convirtieron en modernos
ambientes.
Además, compartieron opiniones
con miembros del Instituto de Investigaciones
Urbanas, el equipo académico
de la Universidad EAFIT, la Empresa de
Desarrollo Urbano Municipal de Medellín
y arquitectos que han implementado
estudios e intervenciones en la ciudad.
Un detalle que llamó la atención del
grupo fue el uso del teleférico como
medio de trasporte para llegar a las viviendas
ubicadas en las lomas, nuevas
edificaciones de grandes bibliotecas en
los barrios periféricos, así como escaleras
eléctricas en barrios marginales;
aspectos que han cambiado la dinámica
de la ciudad colombiana.
Narváez cree que este tipo de proyectos
se pueden replicar en Quito, pues
hay que considerarlos una “estrategia
para coser el tejido socioespacial que se
encuentra hoy en día roto en nuestra ciudad”.
Señaló también que es importante
que la ciudad empiece a ofrecer estos
espacios donde la gente pueda llevar a
cabo varias actividades y así evitar que
se vuelva una ciudad introvertida.
Que los chicos sean sensibles frente
a su realidad y motivarlos a repensar
la ciudad fue el propósito de este viaje.
Desde el decanato y la coordinación,
la Carrera busca que los estudiantes
entiendan que “la buena arquitectura
puede desencadenar procesos sociales
que apuntan a tener una mejor ciudad”.