udla

Salud del planeta

Compartimos el artículo de Diario El Telégrafo en el que César Paz y Miño, Decano del Instituto de Investigaciones Biomédicas, habla sobre la salud del planeta.
Mira el artículo publicado aquí.

Una de las revistas científicas de alto prestigio, The Lancet, publica en su último número una serie de artículos que hacen referencia al informe de la Comisión Fundación Rockefeller-Lancet sobre salud planetaria. Agrupa a expertos mundiales en salud ambiental, medicina, biodiversidad, ecología y, según lo anotan, “la salud del planeta es la salud de la civilización humana y del estado de los sistemas naturales de los que depende”. Entre los problemas que afectan a la salud están el efecto del cambio climático en el ambiente, la acidificación de los océanos, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación de alimentos y del agua, así como una alta inequidad, ineficientes patrones de consumo y reparto, pobre tecnología y crecimiento poblacional exagerado.

El largo documento contempla cosas interesantes. Aborda un tema complejo sobre la salud humana y asevera que no solo se trata de prevenir el calentamiento global y medirlo, sino que la responsabilidad de los problemas de salud que este conlleva está en “lograr el más alto nivel posible de salud, el bienestar y equidad en todo el mundo a través del manejo juicioso de los sistemas políticos, económicos humanos y sociales que conforman el futuro de la humanidad y de los sistemas naturales de la Tierra”.

La salud humana es ahora mejor que en cualquier otro momento de la historia. La esperanza de vida ha aumentado de 47 años en los 50, a 69 años en 2010, y las tasas de mortalidad en niños menores de 5 años han disminuido sustancialmente, de 214 por cada mil nacidos vivos a 59 en los mismos períodos. Sin embargo, estas mejoras conllevan un alto precio: degradación enorme de los sistemas ecológicos.

Las evidencias demuestran que la salud de la humanidad está intrínsecamente ligada a la salud del medio ambiente y deben tomarse acciones inmediatas para frenar una desestabilización de los sistemas de soporte de la vida en la Tierra.

La Comisión encuentra que entendemos mejor el cambio climático, pero que los efectos reales sobre la salud no se han investigado profundamente. Anota que entre las dificultades para llegar a acuerdos sobre la salud del planeta están el nacionalismo, el egoísmo humano, la competencia y el poco deseo de cooperación de los países.

Concluye ue la continua degradación de los sistemas naturales amenaza con revertir los logros de salud observados en el último siglo. Hemos hipotecado la salud de las generaciones futuras para obtener ganancias económicas y de desarrollo en el presente, pero toca pasar de la retórica a la acción para salvar el planeta.