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Conviviendo con neandertales

Compartimos el artículo de Diario El Telégrafo en el que César Paz y Miño, Decano del Instituto de Investigaciones Biomédicas, habla sobre convivir con neandertales.

Evolutivamente, los humanos modernos surgieron en África hace unos 200 mil años y migraron hacia Europa hace unos 65 mil. Según los datos actuales del análisis de genes, los humanos modernos se cruzaron con otras especies, hoy desaparecidas, que evolucionaban paralelamente, quedando los cromañones como único representante de los homos. Nos cruzamos con los neandertales y posiblemente con otras especies más precarias. ¿Por qué es importante descubrir nuestro pasado evolutivo? La primera cuestión es apoyar, con datos genéticos, la teoría evolutiva y disponer de más evidencias científicas de sus postulados. Es decir, que venimos de antepasados comunes: los primates, los grandes simios, los homínidos, el Homo erectus, hasta llegar al hombre moderno.

El segundo aporte de estudiar nuestro pasado es haber encontrado evidencias biológicas de que los cruces entre especies que evolucionaban y que eran muy similares en sus rasgos, fueron producto de sexo y descendencia fértil. Esto muestra su proximidad biológica y nos convierte en una especie mosaico o armonizada de genes. Una tercera cuestión es que la raza humana moderna, los cromañones, tenemos ADN de otras especies con las que coincidimos en nuestro camino evolutivo. Sabemos que nos parecemos genéticamente con los chimpancés en el 98%. Tenemos el 3% de ADN de los neandertales, pero ellos a su vez tuvieron genes de los humanos modernos. Este intercambio de genes nos proporcionó ventajas y desventajas. Por ejemplo, ambas especies, neandertales y cromañones, comparten el gen del habla, así como el gen de la producción exagerada de queratina como defensa al frío de hace 100 mil años, pero en su versión moderna mutada predisponen a una enfermedad de la piel: queratosis actínica. Compartimos genes de coagulación que en su versión alterada se asocia a riesgo de infarto y otros episodios vasculares. Los genes neandertales se traducen también en dolencias del tracto urinario, problemas digestivos, trombos arteriales, depresiones, adicciones y obesidad. La cuarta prerrogativa de estudiar los genes de nuestros antepasados comunes es ideológico-religiosa. Las evidencias científicas rompen mitos de fe, tal es el de la creación de los humanos como una especie única y superior. A la luz de la ciencia, somos una mezcla de ADN y tenemos material genético de las especies anteriores; somos de la misma esencia material y ni remotamente una especie única, somos producto de la evolución. (O)