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El desarrollo infantil debe ser en fases

Compartimos la noticia publicada por Revista Familia en la que Tania Laspina, coordinadora de la carrera de Educación Bilingüe, habla sobre el desarrollo infantil.
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Los padres siempre estaremos orgullosos de nuestros hijos. Cada paso que dan, cada buena nota obtenida, cada palabra nueva aprendida, cada logro que tengan será una fuente de inspiración y orgullo para nosotros. Pero esto también puede resultar negativo, si como padres no logramos controlar nuestras actitudes y ansias de tener hijos perfectos, capaces de hacer todo con solo pensar en ello o mirarlo.

Si un padre mira que un niño hace cosas que su hijo no, a pesar de tener la misma edad, es común que surjan dudas y ansiedad respecto de las capacidades de aprendizaje de los pequeños. Allí es cuando los papás tienden a presionar a los chicos para hacer que aprendan más rápido de lo que tal vez puedan hacerlo.

Según Tania Laspina, coordinadora académica de la carrera de Educación Bilingüe de la Universidad de las Américas (UDLA), los padres tienen que comprender que existen parámetros bajo los cuales se deben mover para evitar presionar a sus hijos. Así, no se puede pretender que los chicos hagan cosas para las que no están preparados ni física ni emo­cionalmente, porque esto puede generar ansiedad, estrés y una preocupación innecesaria en los niños.

Además, los padres deben entender que cada niño es un mundo distinto y avanzará a su ritmo, conforme se van desarrollando sus capacidades y habilidades. Por ello, el peor error que se puede cometer es compararlos, no solo con otros menores sino con los propios hermanos. Esta comparación afecta su autoestima y creará un conflicto entre los niños, que tratarán de esforzarse más de lo que pueden por hacer que sus padres
se sientan orgullosos de ellos.

Obviamente, se recomienda observar si no existe algún retraso en el aprendizaje o en el desarrollo de los pequeños, que demandaría un tratamiento especializado.

Existen cuatro áreas en las que los chicos deben desarrollarse, entre las que están el área motriz y el área cognitiva. Pero el desarrollo será acorde con los estímulos que reciben desde pequeños. Tal acción no quiere decir que se los sobreestimule para que sean unos niños genios. “Esto puede sobrecargarlos” y generar un efecto contrario, explicó Laspina.

El ser un padre exigente puede ser positivo hasta cierto punto, pero si tienden a exagerar las cosas y piden demasiado de sus hijos, los niños se sentirán frustrados y bloqueados.

Los papás son los llamados a ser las guías de sus hijos y a ser su ejemplo para afrontar la vida. En ese sentido será mil veces mejor actuar de forma más democrática; porque no solo habrá un nivel de exigencia, sino que también se podrá llegar a acuerdos de mejor manera y se escucharán los puntos de vista de los pequeños.

Pero las exigencias no solo se pueden producir en casa. A veces los maestros también tienden a demandar mucho de sus alumnos, para que se logre un nivel estándar de aprendizaje. Sin embargo, los maestros pueden trabajar en el aula en función de cada niño, de sus necesidades y de sus límites.
No se puede aplicar una metodología generalizada para todos los pequeños, pues deben trabajar de acuerdo con las capacidades y potencialidades de cada alumno.

Los niños tienen etapas y deben ir cumpliendo fases, porque si se los presiona para que sean unos ‘pequeños Einstein’ desde bebés, lo único que se logrará es que tengan vacíos en su desarrollo, que más tarde se evidenciarán y será muy difícil de completarlos. La niñez es edad para jugar y divertirse, no todo es trabajo.