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La acústica se convirtió en la pasión y el negocio de Guillermo, graduado UDLA

Cuando Guillermo Suárez entró a la universidad a estudiar Ingeniería de Sonido y Acústica tenía muy claro lo que iba a hacer al terminar: montar su propio estudio de grabación y trabajar con grandes artistas en la producción de sus álbumes. Sin embargo, la historia dio un giro.

Lo que pasó fue que en quinto semestre se fascinó con el mundo de la acústica y decidió que su vida profesional debía girar hacia allá.

No se equivocó porque hoy es dueño de Ecuadoppler, una iniciativa en la que inició solo y que con el tiempo se convirtió en una sólida empresa familiar. De hecho, sus padres renunciaron a sus trabajos para dedicarse de lleno al emprendimiento de Guillermo. “Mi madre es ingeniera comercial entonces fue clave para el crecimiento del negocio. Ella se encargó de aconsejarme sobre inversiones, compras y ventas”, destacó.

Pero, ¿cómo logró crecer su negocio?

Lo primero, sin duda, es estudiar. De allí sacó la idea que dio inicio a todo y que fue su proyecto de tesis.

Guillermo desarrolló unas cabinas móviles en las cuales las personas pueden entrar y ser evaluadas en su audición de acuerdo a lo que exigen las normas de seguridad y salud en el trabajo. Estas estructuras tienen aislamiento acústico y pueden ir de empresa en empresa optimizando el tiempo que el empleado tarda para realizar este examen. Así ya no deben perder horas de trabajo para cumplir con este requisito al tener que salir de su oficina para hacerlo.

¿Cómo logró juntar el capital?

La idea era perfecta y de hecho recibió la felicitación de las autoridades de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias al defender su tesis. Sin embargo lo primero era capitalizarse.

Su primer contrato fue el de una consultoría para un estudio de grabación en el Oriente. La ganancia por ello fue de USD 200, monto que se mantuvo durante algún tiempo hasta que el “boca a boca” logró que pasara de tener un cliente cada  mes y medio a tener un portafolio de grandes proyectos.

Para ese entonces el negocio agregó además nuevos servicios. Ya no solo se dedicaba a la seguridad industrial sino también a confort (home audio), lo que mantiene hasta hoy.

Los contratos emblema

Encargarse de la acústica de una de las iglesias más grandes del Ecuador (2017) y construir las salas para las conferencias del Hábitat III (2016) son dos de los proyectos más grandes y emblemáticos que ha llevado a cabo Guillermo en su empresa Ecuadoppler.

La iglesia es de Comunidad de Fe y tiene un aforo para 4500 personas “es más grande que el aforo real en cálculo volumétrico que el Coliseo Rumiñahui”, nos explica Guillermo.

Tardó dos meses y medio y el proyecto fue supervisado por el Ingeniero de Sonido del español Alejandro Sanz, quien era parte del equipo contratante.

Para el Hábitat en cambio lo que hizo fue construir las salas de conferencias desmontables en la Casa de la Cultura Ecuatoriana de acuerdo a la Norma ISO de aislamiento acústico y luego las desmontaron ya que el sitio debía quedar exactamente igual como quedó. (DB)