Aprender sobre biotecnología y regresar a su ciudad natal Puyo para aplicar todo lo aprendido es el sueño que tiene Michelle Toscano. Por eso intenta acumular la mayor cantidad de conocimiento posible durante sus años universitarios. Y con esa motivación viajó a México para complementar aquello que aprende diariamente en la carrera de Biotecnología, en cual, actualmente cursa el 7° semestre.

Michelle visitó el Instituto de Biotecnología de la Universidad Autónoma de México (UNAM), una de las prestigiosas en esa rama en América, donde participó en un curso junto a otras 12 personas estudiantes, docentes y graduados de la UDLA. “La UNAM es un referente en biotecnología. Desarrollan productos propios acorde a las necesidades del país, lo que permite a los estudiantes ver la aplicación real en distintos problemas locales y les muestra que es posible generar soluciones con la carrera que han estudiado”, menciona Emilia Vásquez, Directora Académica de la carrera en la UDLA.

El curso fue altamente exigente y combinó teoría durante la mañana y práctica en el laboratorio durante la tarde, explica Michelle. Venenos y antivenenos fueron dos de los temas que trataron y que llamaron la atención de la estudiante.

“Yo soy del Oriente y allá existen muchos problemas con tarántulas, serpientes y alacranes. De hecho, hace poco viajé a mi ciudad y me enteré que dos niños murieron a causa de picaduras. Entonces, mi objetivo es aprender para, en el futuro, aplicar el conocimiento y seguir avanzando en la investigación”, comenta.

El curso en la UNAM estuvo dirigido únicamente al grupo de la UDLA y enfatizó en áreas de ingeniería genética, inmunología, biología molecular, enzimología, bioprocesos y proteómica, cuenta Emilia. Algunos de los temas fueron la búsqueda de proteínas neurotóxicas, insecticidas en venenos de arácnidos y bioingeniería de cultivo de células de eucariotes superiores para producción de proteínas recombinantes de uso terapéutico.

Este el primer curso que la carrera de Biotecnología de la UDLA realiza en conjunto con la UNAM, institución con la cual mantiene un convenio, y debido al éxito, se prevé realizar otros encuentros en el futuro con el fin de brindar un panorama internacional al conocimiento de los estudiantes, puntualiza Emilia.

“Esta experiencia me enseñó que debo abrir mi mente y también que, si salgo del Ecuador, a especializarme, quiero volver para aportar con mi conocimiento a mi ciudad y a mi país”, dice Michelle.

Otra de las reflexiones de Michelle es que en Ecuador hace falta emprender en investigación científica, especialmente en zonas como la Amazonía, donde suceden problemas que afectan a la población. Por eso, ella ve un futuro nicho profesional en esa área y sobre todo en la necesidad de contribuir al país.

Como requisito para participar en el curso, los postulantes que atendieron a la convocatoria, debían estar en niveles medios superiores de la carrera para aprovechar al máximo los conocimientos que serían impartidos por la UNAM. (DB)