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Desde muy temprano, antes de que los gallos canten anunciando el amanecer, los nobles bizcocheros, con su camisa remangada con sus propias manos preparan la masa sobre los mesones de madera y luego con los primeros rayos de sol dando la bienvenida a un nuevo día se encienden los hornos de piedra con leña incandescente donde son horneados los deliciosos bizcochos que inundan a Cayambe con un delicioso aroma propio de su identidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CarreraGastronomía
Fecha01-11-2018
MedioRevista Chef
VoceroMaría Belén Cataña