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Café ecuatoriano y una exposición hacia el mundo

Detrás de una taza de café, se esconde una historia, una tradición, un sueño; está una comunidad, una familia con sus técnicas propias de cultivo. Hacer un recorrido por el país es percatarse precisamente de que el café está presente en todas sus provincias, en su gente, con sus características únicas, aromas, preparaciones y sabores. El café como símbolo de reunión, conexión, encuentro…

Por ello, Ingeniería Agroindustrial de las Universidad de Las Américas junto a los ministerios de Agricultura y Ganadería, y Producción Comercio Exterior, Inversiones y Pesca y Verena Kaffeelabor organizaron el Festival de Café “Cuatro Mundos”, espacio pensado para que los productores de diferentes zonas presenten sus granos, sus secretos, sus recetas. Es decir, fue un evento que redescubrió el valor de una industria que sustenta a más 40.000 familias y genera réditos económicos por más de 77 millones de dólares al año.

Un festival incluyente

El Festival congregó a autoridades académicas, representantes de gobierno, productores de las cuatro regiones, expertos, otros actores. Durante la inauguración del evento, Gonzalo Mendieta, rector de la Universidad de Las Américas, destacó la importancia de articular esfuerzos entre el sector público, empresa y academia. “Cuando existe una sinergia entre todos los involucrados en la cadena productiva, avanzamos a la velocidad que corresponde. Las universidades no pueden estar ajenas a la realidad del país”. El mismo criterio compartió Byron Flores, ministro subrogante de Agricultura y Ganadería, quien agradeció a la UDLA no solo por la apertura a la realización del Festival, sino también por el compromiso de implementar metodologías, herramientas y estudios que permitan crecer a la caficultura.

Según, Pablo Moncayo, director de Ingeniería Agroindustrial, la academia busca fortalecer el trabajo que adelantan los productores a través de proyectos de vinculación e investigación. Estudios de hibridación, manejo, transformación y de compuestos bioactivos del café, dan cuenta de un proceso conjunto para coordinar acciones. El reto finalmente está en que el café deje de ser un commodity y se transforme en un insumo especializado de alto valor agregado.

Sin embargo, la producción no fue el único eje. Acorde a María Luisa González, asistente de laboratorios, la exportación fue otro de los tópicos que se abordó, debido al alto potencial de los granos, sobre todo aquellos de fino aroma. Las condiciones ambientales, la amplia variedad de especies, la calidad en los procesos, la puntuación en cata, hacen del café ecuatoriano una marca registrada, una marca Ecuador de alta demanda. En ese sentido, el festival incluyó charlas para que los productores sepan cómo enviar sus productos a otros países del mundo.

Complementaria a las presentaciones y degustaciones de los productores, el Festival incorporó talleres de preparación, barismo, tueste y cata, conferencias, clases magistrales, proyectos de asociatividad para exportación y el campeonato de AeroPress.

A continuación, compartimos los testimonios de los caficultores que fueron parte del evento:

  • “En Galápagos, producimos alrededor de 13 variedades de café arábigo. Sin embargo, su cultivo es todo un reto por el suelo volcánico y la presencia de microclimas en una misma zona. Los granos del archipiélago, por crecer junto a frutales, desarrollan sabores únicos, diferentes. La calidad de nuestro producto es tal que ya hemos obtenido la certificación de origen”, María Elena Guerra, productora, Galápagos.
  • “Muy agradecido por la invitación de la Universidad y los diferentes ministerios. El café manabita es muy variado y se diferencia por ser de baja altura y desarrollar cierto tipo de acidez. A futuro, buscamos mejorar la calidad de los granos e incluir a más familias en nuestra asociación”. Jorge Gene, productor, Manabí.
  • “Este tipo de espacios permiten no solo ofertar nuestros productos, sino acercarnos y generar vínculos con los consumidores. El café de Imbabura, sobre todo el que se produce en Íntag, es 100% arábigo, de altura, cultivado bajo sistemas agroforestales y en estricto cumplimento de la normativa orgánica”. Ramiro Fuerte, productor, Imbabura.

En contexto

La Ingeniería Agroindustrial tiene previsto realizar programas relacionados a todas las cadenas de valor ligadas a la agroindustria: cacao, lácteos, cárnicos, frutales andinos, tropicales y otros alimentos de nueva apertura de mercado.

El evento tuvo gran acogida y contó con la presencia de embajadas, cámaras y organismos internacionales.