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Innovación y generación de valor en tiempos de crisis

 

Históricamente aprendimos que innovación es tomar algo que ya existe para generar un producto nuevo por medio de una mejora, un proceso íntimamente vinculado a la evolución tecnológica.

Sin embargo cuando hablamos de la visión de los emprendedores, no podemos dejar de lado la perspectiva de uno de los grandes pensadores en esta área. Es así que Peter Drucker (1985) define la innovación como la “herramienta específica de los empresarios para explotar el cambio para una empresa o servicio diverso”, esto significa no solamente realizar cambios porque sí, significa generar variaciones que sean valoradas y comunicadas creativamente, de tal forma que los compradores decidan hacer un cambio en sus tendencias de consumo apropiándose de su valor.

Para los emprendedores, el camino comienza en la creatividad, de acuerdo a Stokes et al (2010), el proceso de innovación inicia con el reconocimiento de una oportunidad única, para esto hay un requisito indispensable; siempre deberá darse antes de que alguien más lo reconozca. Es así que se da el chasquido de la idea irrepetible. Para este proceso se usan herramientas de creatividad que son muy populares actualmente, como el Desing Thinking o Mind Miping,  lo importante es conectar lo que no está conectado, viendo más allá de lo evidente.

Una vez que se tiene la idea clara y se ha desarrollado el prototipo, deberá comunicarse apropiadamente, la creatividad nuevamente es llamada al ruedo, un concepto valorable puede quedarse en percha si no cuenta una historia adecuada, que fluya por los canales apropiados.

No basta con decirlo, hace falta enamorar. Para este momento, el centro de todo el proceso se ubica en la apropiación de los valores que el bien o servicio ofrece, cómo el producto genera satisfacción logrando que se identifiquen con él. Por ejemplo, como las personas que compran productos con empaques biodegradables sienten que están colaborando con una causa superior, ya que esto puede ser parte de un estilo de vida y sus valores.

Si el mercado objetivo adquiere el bien o servicio que desarrolló el emprendedor, transformándolo en un proceso rentable, finalmente podemos hablar de innovación.

Es así como la innovación nos lleva por un camino de creatividad que, con ideas únicas,  se vuelven deseables y valoradas por quienes forman parte del mercado, para quienes se desarrolló.

Conoce este y otros temas de interés estudiando Administración de Empresas en la UDLA.

Realizado por: Nathalie Chauvín, docente de la carrera de Administración de Empresas.

Nathalie Chauvín