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Investigadores de la UDLA estudian posible preinmunidad contra la infección del virus SARS-CoV-2

 

A poco más de un año del inicio de la pandemia de la COVID-19 en el mundo, los científicos aun tratan de comprender los mecanismos de protección contra el virus SARS-CoV-2. Asimismo, las razones por las cuales un individuo puede o no desarrollar síntomas, aún siguen en discusión; especialmente la presencia y duración de anticuerpos entre quienes han sido contagiados.

Es importante conocer que, cuando una persona ha sido contagiada, el cuerpo desarrolla un primer tipo de respuesta inmunológica inmediata mediante anticuerpos IgG e IgM. Sin embargo, la comunidad científica aún debate sobre la permanencia en el tiempo de este tipo de anticuerpos. Pero no solamente tienen relevancia los anticuerpos que usa el cuerpo para defenderse contra una infección. Hay una segunda respuesta inmune, la mediada por “células T”, la cual da lugar a la generación de “células T de memoria” frente a la infección. Esta defensa inmunológica puede persistir durante años y protegería al individuo de futuros contagios.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, y a partir de los resultados de una reciente investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Las Américas, “células T de memoria” fueron encontradas en pacientes sin exposición comprobada al virus SARS-CoV-2. La investigación concluye que puede existir una relación entre la presencia de estas células del sistema inmunitario y una baja probabilidad de contagio o baja posibilidad de que la infección desarrolle un cuadro clínico grave. Según esta investigación, cuyos resultados fueron publicados en International Journal of Infectious Diseases, una parte de nuestra población podría tener una preinmunidad que la protegería contra infecciones de SARS-CoV-2.

En esta investigación, liderada por el docente investigador de la UDLA, Jacobus de Waard, se seleccionó un grupo de 17 individuos que permanecieron en aislamiento estricto durante la pandemia. Mediante pruebas de anticuerpos, se determinó que, efectivamente, ninguno de ellos había estado en contacto con el virus y todos carecían anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2. Posteriormente, se realizó una prueba para identificar la posible presencia de “células T de memoria” que mostrarían una acción contra el SARS-CoV-2 en su sistema inmunológico. Sorprendentemente, los resultados mostraron que, aunque ninguno de ellos sufrió un contagio por SARS-CoV-2, ocho de los 17 (45% del grupo de estudio) contaban con “células T de memoria”, las cuales se activan cuando una persona entra en contacto con el virus.

¿Qué significan estos hallazgos para aquellos individuos que poseen una respuesta de “células T de memoria”? Como menciona el investigador, «esta “pre-inmunidad” podría estar relacionada con una baja probabilidad de contagio o, en caso de un contagio, una probabilidad más baja de desarrollar una enfermedad sintomática». De acuerdo a de Waard, la presencia de  células T en pacientes aun no contagiados podría deberse a exposiciones pasadas a otros tipos de virus similares, por lo que el sistema inmune sería capaz de recordar otros cuatro tipos de Coronavirus que han estado en circulación desde hace mucho tiempo entre los humanos, los cuales están relacionados con infecciones leves del tracto respiratorio superior, causando síntomas de resfriado común.

Hasta ahora, los resultados de la investigación sugieren una relación entre la preexistencia de “células T de memoria” y personas que aparentemente no han desarrollado síntomas o únicamente síntomas leves compatibles con la COVID-19. Una segunda etapa del estudio aumentará el número de participantes para determinar, a mayor escala, la presencia de “células T de memoria” en población aun no contagiada y que, en teoría, podrían estar protegidos del contagio. «Nos encontramos en la búsqueda de voluntarios para este estudio», menciona el investigador.

Demostrar la existencia de una preinmunidad en una parte de la población puede tener consecuencias positivas para los programas de inmunización. Es posible que estas personas, con una sola dosis de la vacuna, desarrollen una inmunidad completa, anticuerpos e inmunidad celular. Los candidatos para ser incluidos en el estudio deben haber convivido con personas con COVID-19 pero nunca haber desarrollado los síntomas de la enfermedad para determinar si en estas personas existe una preinmunidad que los protegió contra la infección del virus. En las próximas semanas se abrirá una página  web donde los voluntarios podrán inscribirse para una prueba de detección de células T de memoria específica contra SARS-CoV-2.