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Investigador UDLA publicó artículo académico relacionado al ruido de baja frecuencia


El ruido de autos, del claxon, de construcciones y otros que no son tan perceptibles provocan reacciones en el cerebro y en diferentes sistemas del cuerpo humano. Algunos estímulos de respuesta son detectables fácilmente y varios necesitan de mecanismos para encontrarlos.

Carlos Jurado, docente-investigador de Ingeniería en Sonido y Acústica, e integrante del Grupo de Investigación en Entornos Acústicos, desarrolló la investigación Respuestas cerebrales al ruido de baja frecuencia e infrasonido, que tuvo como objetivo examinar relaciones entre la audibilidad/sonoridad del ruido de baja frecuencia y la respuesta cerebral que evocan estos sonidos.

“Motivados por el creciente problema de contaminación acústica en zonas urbanas, se examinó en un grupo de personas la respuesta cerebral evocada por sonidos de baja frecuencia e infrasónicos. Ya que estos últimos viajan largas distancias y son difíciles de atenuar, causan molestias y son de especial interés”, indicó Carlos.

El estudio involucró la realización de electroencefalogramas que, por medio de electrodos ubicados en la cabeza, permitieron captar la actividad neuronal que se genera en respuesta al sonido.

Para esto se aplicaron sonidos a distintos niveles, desde los mínimos necesarios para ser audibles hasta los que lo sobrepasan. Luego, se examinó la correlación entre la percepción del sonido (su audibilidad y sonoridad subjetiva) con las señales cerebrales grabadas de los participantes.

El estudio se desarrolló en dos partes, la una se trabajó en University College London de Reino Unido, donde Carlos realizó una estadía con estos propósitos, y el resto en la UDLA.

Entre las principales conclusiones de la investigación están:

  • Se descubrió que sonidos prácticamente imperceptibles y de muy baja frecuencia, provocan una respuesta cerebral.
  • Las respuestas cerebrales medidas (también llamadas “potenciales evocados auditivos”) se correlacionaron en cierto grado con la sonoridad subjetiva de estos sonidos.
  • Las mediciones fisiológicas se vuelven una herramienta objetiva de respaldo en el asesoramiento del impacto del ruido en el ser humano.

Para Carlos, se debe tomar mayor conciencia acerca de los efectos del ruido y actuar para aminorarlos, por lo que se debe seguir trabajando en estudios como este para comprender cómo estos sonidos impactan en el bienestar del ser humano.

El aumento y proximidad de fuentes de ruido de baja frecuencia e infrasonido como: sistemas de ventilación en grandes instalaciones, motores de turborreactor, tráfico en túneles, procesos industriales y turbinas de viento, pueden causar la activación cerebral por infrasonido subliminal, síntoma descubierto en este estudio. El artículo se publicó en la revista indexada titulada Archives of Acoustics, en mayo de 2020. (OP)