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Estudiantes y docentes UDLA desarrollan propuesta de desarrollo medioambiental para Puerto Cayo

Liderados por Daniela Maldonado un grupo de estudiantes de la materia de Ecosistemas Urbanos, de la carrera de Arquitectura, desarrolló una propuesta de desarrollo urbano – medioambiental para la comunidad de Puerto Cayo, en la provincia de Manabí. La propuesta, en colaboración con Florida State University, plantea estrategias urbanas para el desarrollo de un futuro sostenible para Puerto Cayo.

¿Por qué Puerto Cayo? Daniela Maldonado reflexiona: “nuestra sociedad no está definida solo por lo que creamos, sino por lo que conservamos y nos negamos a destruir. Ya ha pasado en muchos lugares de la costa ecuatoriana que hemos arrasado con todos los medios naturales y reductos de vida. Este momento en que Puerto Cayo se está desarrollando, es el ideal para repensar cómo estamos generando el desarrollo urbano: ¿asociado al desarrollo inmobiliario y turístico solamente, o un desarrollo más consciente pensado desde una perspectiva ambiental?”

En este sentido, el objetivo del proyecto consistió en crear estrategias en cuatro ámbitos clave para Puerto Cayo, tras un riguroso proceso de evaluación de las necesidades de la parroquia. Esta primera fase, con la colaboración del docente Carlos Vayas y 70 estudiantes, incluyó un proceso de levantamiento de información en territorio y, con el análisis sobre la mesa, un concurso que invitó a los estudiantes a plantear soluciones para la población, alineadas a las necesidades reales de la comunidad. Propuestas como esta, que nacen de un intenso trabajo de campo, “les acerca (a los estudiantes) al territorio, a las personas, y de esta manera, se vuelven más sensibles al momento de proponer. Es determinante para la academia que la metodología de aprendizaje pueda plantear, generar una experiencia y finalmente espacios que han sido conversados con la gente y además para la gente, cohesionados, habitables y que generan apropiación e identidad”, comentó Daniela.

La segunda fase del proyecto permitió desarrollar la propuesta que nació del diagnóstico realizado por el equipo de la UDLA, con la participación de los docentes Daniela Maldonado, Patricio Malo y Mateo Granja, que direccionaron a un equipo de ocho estudiantes, los mismos que trabajaron durante el verano en el proyecto y expusieron la propuesta final en Puerto Cayo.

Esta propuesta urbano – medioambiental está desarrollada a partir de tres ejes: social, ambiental y económico, que permitirán consolidar el territorio de Puerto Cayo de manera física y social. Además, busca evitar la gentrificación de Puerto Cayo, a la par de proteger el ecosistema y plantear unas normas de crecimiento ordenado.

 

El plan consta de cuatro propuestas:

En primer lugar, la conexión del territorio, por medio del desarrollo de rutas cortas en sentido oriente-occidente y su relación con las rutas periféricas, en un circuito paisajístico que se integre con el entorno rural de Puerto Cayo. “En el análisis nos dimos cuenta de que las áreas protegidas y el entorno rural estaban siendo absorbidos por las urbanizaciones y el entorno urbano. Entonces, establecer unos límites de crecimiento y protección del medioambiente era importante, poniendo en evidencia lo que existe:  estamos junto al Parque Nacional Machalilla, tenemos un entorno rural que nos provee de comida y materia prima, y que tienen que ser protegidos y además conectados”, indicó la docente.

En segundo lugar, el tratamiento de la Ruta Spondylus y su desaceleración. El análisis identificó que la comunidad de Puerto Cayo se moviliza a pie, en bicicleta y en mototaxi, además de vehículo privado, ya que el transporte público es escaso. Había que integrar todos estos medios de movilidad dentro de la propuesta. “¿Cómo hacer que la vía, sin que pierda su esencia de ruta conectora, pueda acoger estas consideraciones?” En ese sentido, la propuesta plantea la creación de una plataforma única para reducir la velocidad de los autos, y puntos comerciales a lo largo de la vía para activar al sector.

En tercer lugar, el fortalecimiento de la movilidad alternativa y la priorización del peatón, por medio de la creación de una ciclovía con comercios y actividades en distintos puntos: “en el caso de la movilidad alternativa, permite que se reactiven comercios que a su vez generen ganancias para la población local. La movilidad se vuelve una excusa para la resolución de otro tipo de problemas que se deben abordar en la ciudad”.

Finalmente, el fortalecimiento de los recursos marinos y naturales, así como reforzar el turismo, comercio y cuidado de los hábitats naturales. Proteger, conservar y restaurar: “es momento de repensar cómo estamos desarrollando los lugares que tienen un potencial turístico y cómo podemos generar un desarrollo más vinculado a la naturaleza”, concluyó Daniela.