“La cultura se come a la estrategia para desayunar”, es la premisa que evidencia cómo, en la actualidad, muchos lineamientos empresariales nunca son ejecutados. Y es que más allá de la conceptualización teórica de lo que implica la construcción de un plan de negocio, la principal falencia se fundamenta en la falta de coordinación entre decisiones y acciones. De ahí que Juan Rivera, catedrático en liderazgo y gestión corporativa, haya resaltado la importancia de una cultura centrada en el compromiso y la visión compartida, durante el taller Liderazgo alineado a la estrategia de tu organización.

La estrategia tiene que alinearse con la cultura; es decir, con la forma de hacer las cosas. Y en la medida que exista una relación entre los lineamientos teóricos y el componente práctico, resulta más factible la consecución de resultados. Habitualmente, muchas organizaciones estructuran un plan estratégico inaplicable; falencia que se explica, en gran medida, por la falta de análisis y consideraciones retrospectivas.

“Los expertos en temas de liderazgo y empresa hablan de lo positivo, minimizando los problemas e inconvenientes que suscitan modelos irrealizables”, puntualizó Rivera. Si bien misión, visión, valores, constituyen pautas para la concreción de objetivos, éstas, de igual forma, pueden no generar incidencia alguna si no presenta una congruencia entre tangibles e intangibles; en otros términos, una convergencia de procesos y sistemas con las formas de pensar y creencias.

En ese aspecto, la cultura organizacional desempeña un papel trascendental, sobre todo, cuando su estructura está centrada en principios, compromisos y visiones compartidas. Las empresas tienden a planificar desde el ámbito directivo sin considerar el quehacer diario de los funcionarios. Dicha situación impide dimensionar el verdadero propósito que cumplen las acciones operativas diarias. “No es lo mismo juntar piedras que construir una catedral”, es la cita que grafica la importancia de otorgar significado a las acciones.

En este punto, Rivera repasó por diversos modelos, esquemas y estructuras alternativas de management que se están aplicando en diversas empresas a nivel mundial.  Puntualmente, destacó cómo el liderazgo desde una acepción colectiva (y no entendido en función de un ser mesiánico que viene a salvar el negocio) genera resultados y transformaciones efectivas de negocio.

En ese sentido, se vislumbró a la cohesión como factor que brinda verdadero sentido a la misión de la empresa en tanto impulsa la fidelización, el empoderamiento y el trabajo en equipo. Al respecto, Marcelo Paredes, presidente del PMI – Capítulo Ecuador, señaló la importancia de analizar conceptos – específicamente el de liderazgo – ya que, en la práctica, han sido manipulados y tergiversados.

Finalmente, los asistentes recapitularon conceptos, modelos y teorías que, si bien han tenido vigencia desde años atrás, no se han tomado en cuenta dentro del sector empresarial.

Más aún cuando se ha demostrado que la estrategia proviene de una buena cultura organizacional.

En contexto:

Más de 30 asistentes que pertenecen a reconocidas industrias, participaron de esta asesoría orientada a mejorar la competitividad de las empresas. (NC)