Por Fernando Del Vecchio, Ph.D. – Director del MBA en la Escuela de Negocios de la UDLA.

El éxito puede ser efímero. Y es natural considerar que, si no estamos teniendo éxito, estamos cosechando fracaso.

Al preguntar qué es lo opuesto al éxito, habitualmente recibo la misma respuesta: el fracaso. Sin embargo, considero que lo opuesto al éxito no es el fracaso, sino la mediocridad y conformidad. Porque ellas son las que conducen al fracaso.

La conformidad es lo que te mantiene en tu zona de confort, haciendo lo que sabes, como siempre lo has hecho, para conseguir los resultados que siempre has obtenido.

Esa conformidad no te permite pensar en obtener resultados superiores, ni te motiva para actuar diferente y obtener resultados diferentes. Y esa conformidad puede llevarte al nivel de mediocridad de tus rivales y competidores, que entregan un valor adecuado -nada extraordinario- por un precio adecuado.

Que el sistema se encuentre plagado de mediocres y conformistas no significa que debas hacer lo mismo. Porque no da lo mismo.

El fracaso es el paso anterior al éxito. Nadie, nunca, ha sido exitoso sin aprender las mil y una formas de no serlo.

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