Por Ana Belén Tulcanaza Prieto, Ph.D.  Docente-investigadora de la Escuela de Negocios

La educación financiera es un proceso orientado a lograr la comprensión de conceptos financieros básicos y, a la vez, desarrollar capacidades que nos faciliten el tomar decisiones en ese ámbito, es decir, aprovechar las oportunidades, asumir riesgos, manejar sosteniblemente los recursos económicos en beneficio del bienestar propio y el de nuestra familia.

Algunas publicaciones realizadas en Ecuador señalan que la gran mayoría de la población ecuatoriana desconoce conceptos financieros como ahorro, inversión, sobreendeudamiento y, en general, no domina el uso de productos y servicios financieros públicos y privados.

Según la investigación “Determinantes que impulsan la educación financiera en Ecuador”, de la Orientadora de Inclusión Económica, Arelis Meza, en nuestro país existe deficiente enseñanza de conocimientos económicos y financieros en la educación primaria y secundaria, por ello, el nivel de instrucción formal impacta negativamente en la educación financiera.

Por otro lado, este estudio también indica que residir en el área urbana influye positivamente en el nivel de conocimiento financiero, pues existe cercanía para el uso de servicios y productos financieros; no sucede lo mismo con los habitantes de sectores rurales.

¿Qué hacer ante este difícil escenario? La clave podría estar en impulsar una estrategia nacional de educación financiera a través de capacitación personal y familiar, para lograr sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del conocimiento financiero.

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