Por Fernando Del Vecchio, Ph.D. – Director del MBA en la Escuela de Negocios de la UDLA

Querías hacer jugo de frutilla y te dieron limones.

Están aquellos que protestan por no haber recibido frutillas y se niegan a trabajar con los limones; están aquellos que toman los limones y los tiran a la basura; están aquellos que hacen limonada esperando obtener alguna ganancia y conseguir frutillas la próxima ocasión, cuando tengan el suficiente conocimiento, habilidad y/o influencia para obtenerlas.

Si a pesar de todos tus esfuerzos, aún no puedes cambiar lo que la vida te ha dado, aprende a hacer algo con lo que te ha tocado en suerte. Hay gente que hace limonada –buena limonada– aún con limones envenenados y llenos de espinas.

Si la vida te da naranjas y querías hacer naranjada, hazla y sé feliz. Si la vida te da limones y no tienes chance de conseguir naranjas, haz limonada. Aprende a diseñar la felicidad a partir de lo que puedes conseguir, con aquello que tienes, con aquello que te ha sido dado y con aquello en lo que te has convertido.

La verdadera diferencia no es de limones a naranjas, sino en la actitud frente a los limones de la vida.

“Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él.” Jean Paul Sartre (1905-1980).