Por Giovanni Bastidas Zelaya MBA – Director de Maestrías en Mercadotecnia en la Escuela de Negocios de la UDLA

¿Recuerdan haber percibido un aroma atrayente que emanaba desde alguna tienda de centro comercial? Este hecho no solo se debe a que las empresas quieren tener sus puntos de venta con un olor agradable, sino que corresponde a una acción del retail marketing que pretende evocar emociones sobre el comportamiento del consumidor.

Que los aromas atraen al ser humano es un hecho instintivo que ha permanecido lo largo de los años. De ahí que, el marketing olfativo considera este efecto para utilizar aromas que provocan un estímulo positivo sobre los sentidos de las personas, con el fin que lograr una rápida asociación con las marcas y una mayor permanencia en la memoria.

Además, utilizar de manera consistente la misma fragancia provoca una identidad de marca, sino pregúntese si reconoce el aroma de las Nike Store.

En consecuencia, los beneficios del marketing olfativo se centran en posicionar una mejor personalidad de marca, lo que finalmente constituye una ventaja competitiva.