Por Alejandro Arias – Docente de la Maestría en Gestión de Proyectos de la Escuela de Negocios UDLA.
¿Cuánto nos va a costar? ¿Es realmente necesario lo que estamos haciendo? ¿Vale la pena el riesgo? Estas son preguntas que nos paralizan a la hora de priorizar nuestras iniciativas.
Existen batallas que son permanentes dentro de las organizaciones y una de ellas es por el presupuesto disponible para nuevas iniciativas. Cada departamento busca priorizar su visión, objetivos o resultados clave, muchas veces al punto de tener portafolios con más de 150 proyectos categorizados como muy importantes o estratégicos. Este efecto, más que denotar gran iniciativa por parte de los miembros de una organización, refleja la ausencia de “reglas del juego claras”, que permitan a todos remar hacia el mismo norte.
Estas reglas del juego pueden ser dictaminadas por la gestión estratégica del portafolio. Dicha gestión será consensuada por los miembros clave de la organización y debe enfocarse en concretar cuatro puntos importantes:
- Invertir en las iniciativas correctas en el momento adecuado.
- Maximizar el valor global del portafolio de iniciativas / proyectos.
- Enfocarse en habilitar el futuro de la organización.
- Alinearlo a la evolución de la estrategia organizacional.
El mayor secreto y, por lo tanto, el mayor reto del éxito de un portafolio priorizado de proyectos es enfocarse en el valor y no en el costo. Con este cambio de mentalidad nos será cada vez más fácil responder las preguntas iniciales.