Coaching, la clave de la felicidad

Para ser un buen líder el único camino es ser una buena persona. No es necesario que actúes bajo los preceptos de alguna religión o te vuelvas filántropo sino más bien que lleves tu vida con dedicación y disciplina, que te conozcas a ti mismo, que tengas claras tus metas y que eso te permita mostrar tu mejor cara ante los demás.

¿Suena complicado? Quizás sí lo es pero justo de eso se trata, de entregar lo mejor de ti. Tal como un deportista cuando está por llegar a la meta y su mayor competidor es él mismo y las limitaciones de “no puedo” que se impone en su cerebro.

En esencia de eso se trata el coaching, de trabajar en uno mismo, de reconocer a los ángeles y demonios que llevamos dentro y guiarlos por bien camino para que nos ayuden a ponernos en el lugar correcto que no es más que en el tengamos placer de estar.

Una vez que encuentres tu camino no será difícil liderar a otros. Ya lo dijo Jhon Quincy Adams, ex presidente de Estados Unidos: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, a aprender más, a hacer más y a convertirse en algo más, entonces eres un líder”,

Por este motivo, el coaching es una práctica cada vez más popular ya que permite provocar una gestión eficiente en las empresas partiendo de un punto clave: las personas.

Entendemos la importancia de este tema cuando vemos que en una empresa no existe comunicación y sus directivos quieren imponer su visión sin escuchar las opiniones de su equipo. O cuando simplemente la compañía que están guiando no tiene ningún norte. Nadie sabe a dónde ir entonces todos los caminos son válidos, así que cada quien avance por su lado.

“Un líder es una persona que comienza por liderarse a sí misma, teniendo la capacidad de gestionar su mente y emociones”, explica Montserrat Hidalgo, especialista en coaching, entrevistada para el sitio web El Observador.

Si trabajas en Recursos Humanos seguramente en este momento te estarás imaginando cómo cambiaría tu empresa si las actitudes de tus colaboradores serían siempre las ideales. Si ellos están contentos, si saben que ahí donde están es donde deben estar, si están orientados a cumplir sus metas y a entregar su mayor esfuerzo entonces el alcance de los objetivos comerciales y administrativos no serían un proceso complicado solo algo que vendría por añadidura.

Ahora imagina a alguien en tu empresa que no esté motivado. Que sabes que va a su trabajo todos los días con la única intención de salir corriendo cuanto antes. Es un daño para esa persona y también para la empresa.

El coaching entonces se convierte en una especie de llave de la felicidad. Porque precisamente a través de sus herramientas logramos la estabilidad emocional de los líderes de una empresa lo cual se traduce en: logros alcanzados, colaboradores motivados, participación, escucha activa y otras tantas habilidades que vienen cuando tenemos claro que lo más importante siempre es ser mejores seres humanos.

Así que aprender sobre coaching siempre será una decisión acertada.

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