La infaltable etapa de evaluación en un proyecto 

Evaluar es un proceso básico en la vida cotidiana. Evaluamos, por ejemplo, cuando decidimos comprar el último iPhone. ¿Cuáles son las diferencias con la versión anterior?, ¿tengo el dinero suficiente?, ¿lo compraré en el país o en el extranjero?, ¿este es el momento preciso de mi vida para hacer esta compra? … son algunas de las preguntas que nos hacemos. Evaluamos también antes de tomar una decisión personal como cambiarnos de trabajo, casarnos, tener hijos, ir de vacaciones.

La mayor cantidad de información que tengamos ante nuestras alternativas en la vida es lo que finalmente hará que el riesgo baje, que se optimicen nuestras inversiones (iPhone, casa, viajes, boda, hijos, etc.) y que al final nuestras acciones obtengan resultados muy cercanos a lo que soñamos.

En nuestra empresa el concepto es el mismo. La evaluación de proyectos es una herramienta que nos permite comparar de antemano, durante o posteriormente los resultados basados en nuestros objetivos.

¿Por qué evaluar?  Porque con esa información que obtengamos del análisis podemos:

  • Volver eficientes a nuestras inversiones
  • Encontrar ciertos huecos, aspectos negativos o costos que pueden evitarse
  • Considerar la viabilidad
  • Estudiar escenario hipotéticos de riesgo
  • Tomar las mejores decisiones
  • Conocer el impacto posterior de un proyecto
  • Coordinar y organizar de mejor manera el equipo de trabajo
  • Cambiar y mejorar procesos y acciones equivocadas

¿Cuándo evaluar?

Anytime.

El proceso de evaluación puede ser previo cuando se trate de analizar la viabilidad de un proyecto, el mejor tiempo para realizar una inversión u otros temas relacionados que sucedan antes de la ejecución.

Evaluar también pueda ser un proceso continuo cuando se trate de hacer cambios sobre la marcha con el fin de mejorar procesos o cuando son proyectos de largo plazo y alcance.

Al finalizar también se puede aplicar una evaluación final que sea el cierre para medir si se lograron los resultados esperados o no de acuerdo a los objetivos.

Y luego de 4 o 5 años también puedes aplicar esta herramienta y determinar si el proyecto, tiempo después de haber concluido generó impacto y en qué medida.

En general, el proceso de evaluación es una etapa que no debe faltar en un proyecto. Lo ideal es ser lo más objetivo posible para aprovechar la potencialidad de esta herramienta que es la de ahorrarnos tiempo, recursos, trabajo, cuidar de nuestras inversiones y garantizar la calidad.

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