Mentoring para la alta gerencia

Mentor, ra

  1. y f. Consejero o guía
  2. y f. Maestro, padrino

Esas son algunas de las acepciones que aparecerán cuando busquemos la palabra en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Si nos referimos al mundo empresarial un mentor es exactamente eso, alguien que nos enseña el camino correcto por el cual transitar, quien nos orienta cuando nos perdemos y que está allí para ser parte de nuestro crecimiento como uno de los pilares fundamentales.

Harvard Business  Essentials lo define como “el ofrecimiento de consejos, información o guía que hace una persona que tiene experiencia y habilidades en beneficio del desarrollo personal y profesional de otra persona”.

Ahora, ¿cómo lo hace? Y es aquí donde debemos especificar las diferencias con el coaching. En teoría la meta es la misma: potenciar a su aprendiz. Sin embargo el enfoque es distinto mientras que el coach procura trabajar en la mejora del rendimiento y en el desarrollo de las habilidades de la persona en tareas específicas, el mentor se encarga de promover una motivación más bien intrínseca, íntima, personal que lo ayude a desarrollarse en el ámbito de los negocios.

El tema principal es ser un modelo de vida, inspirar y compartir esas experiencias que una persona la llevaron hasta la sabiduría y el éxito. Razón por la cual el mentoring es una práctica que puede ser de largo alcance.

Solo piensa en una persona a la que respetes. Cuando tienes un problema ¿la buscas? Si la respuesta es sí seguramente es porque sabes que puede ser la única que te ayude a encaminar tus emociones para tomar las grandes decisiones de tu vida.

Es lo mismo en el ámbito empresarial. Los directivos que están a la cabeza pueden ser mentores de otros profesionales que tengan a su cargo puestos de liderazgo. Son personas con mayor experiencia en la vida y que pueden transmitir su conocimiento para potenciar a  otros profesionales.

En este aspecto se diferencia del coaching que por lo general busca dar soluciones a problemas específicos y por eso se lo puede aplicar en unas cuantas sesiones. Mientras que el mentoring promueve un desarrollo, un progreso que marca el avance en la carrera profesional de un ejecutivo en quien se observa su potencial para cubrir posiciones superiores en una empresa.

En palabras simples. Todos buscamos una guía. Un amigo que esté allí cuando lo necesitamos y nos sentimos perdidos. A esos gurús personales les debemos mucho en la vida, les debemos nuestras gracias por orientarnos cuando no sabemos hacia dónde ir y por hablarnos siempre con la verdad. Y para un ejecutivo que quiera crecer, contar con un consejero personal, será siempre una gran ventaja competitiva.

 

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