La innovación debe ser socialmente responsable

Innovar está de moda. Es una palabra que se repite constantemente al interior de las empresas como el secreto actual para alcanzar el éxito. Luego vienen otras palabras como responsabilidad social con la cual muchas veces no podemos enganchar una relación.

Sí pensamos que podemos tener un programa de responsabilidad social en la empresa que se encargue de decirnos como no contaminar y con eso ya salimos bien librados, estamos muy lejos de la realidad. No se trata solo de eso sino de innovar siendo responsable socialmente.

¿Cómo se logra esto? Lo primero es tener una cultura de la responsabilidad social. No se trata  de contar con un área de gestión sobre este tema sino más bien de concebir el negocio bajo esta óptica, explicó Ana María Aldás, Docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UDLA.

Esto se puede alcanzar si desde el inicio se tiene claro cómo no afectar al entorno. Por ejemplo no comprar a proveedores que perjudiquen al ambiente o promuevan el trabajo infantil, fabricar productos que sean para beneficio de las personas y que no afecten su salud, cumplir con todas las normas legales para establecer la empresa son acciones que podemos poner en práctica desde el día 1 de nuestro proyecto.

Innovar se trata también de enamorarse de los problemas y no de las soluciones. Así lo enfatizó Daniela Peralvo, Cofundadora de Impaqto, en una entrevista sobre innovación social publicada en el sitio web udla.edu.ec. Puntualizó que justo de eso se trata el emprendimiento social, de apasionarse por un problema hacia el cual sintamos un fuerte deseo por  solucionarlo. De allí surgen las grandes ideas que revolucionarán el mundo.

Y para eso no debemos ir muy lejos. Basta ver en nuestro contexto inmediato qué es lo que hace falta, cuál es la queja recurrente y ante eso encontrar una solución que nos genere ingresos económicos pero que además se oriente a mejorar las condiciones de vida en una zona en específico.

No necesariamente hablamos de microemprendimiento o de pymes también pueden ser grandes empresas las que se conciban bajo la óptica de la innovación y la responsabilidad social.

Para Ana María el tema es que en Ecuador todavía entendemos a estas prácticas como estrategias cuando en otros países, desde 20 años atrás, se las considera como un sistema abierto o como una cultura. Esto es lo que permite construir las bases de una marca amigable y que por ello se convierte en sustentable en el tiempo.

Entonces, debe ser una conducta que comience por la persona, como la responsabilidad que todos tenemos con la sociedad y que luego trascienda a todas las etapas y actividades de nuestra vida como la de crear empresa y hacer crecer esas iniciativas.

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