Si un directivo no tiene la capacidad de hacer un arduo trabajo intelectual estará fuera del juego de los negocios en menos de lo que canta un gallo. Se trata de saber pensar. Pensar de verdad o sea estratégicamente.

El trabajo administrativo o el operativo requieren de cierto razonamiento lógico para que generen resultados productivos. Sin embargo, el pensamiento estratégico va más allá, es casi como ser un oráculo de los negocios, saber que sucederá a futuro con el fin de saber adaptarse a los cambios.

Pero entonces, ¿naces o te haces con ese pensamiento? Esta es una habilidad que se puede desarrollar con el tiempo y sobre todo con la experiencia ya que se trata de ir analizando diferentes posibles escenarios futuros así como las causas y las consecuencias de los hechos que ocurran en esos contextos.

Una de las técnicas para motivar al cerebro a pensar con estrategia es la del estudio de casos. Analizar que pasó en una situación en particular con una empresa X te ayudará a comprender lo que puede pasar contigo o tus competidores ante ciertos hechos.

En general se trata de ponerse creativo. Piensa por ejemplo en el proceso que tienen los diseñadores o publicistas para generar sus piezas de comunicación. Antes de empezar a trabajar en el producto en específico, revisan referencias, investigan, luego toman un tiempo para el ocio y luego simplemente se sientan a pensar, se toman el tiempo para imaginar las situaciones más locas posibles.

Lo mismo sucede en los negocios. Pensar: “y qué pasaría si…” puede ser un buen detonador para esa creatividad.

Perspectiva es la palabra clave y para es necesario tener muy claro ciertos conceptos básicos de la empresa. Se debe conocer la misión, la visión, los valores porque allí estará la información que te orientará hacia el futuro y la filosofía que te permitirá entender si estás por buen camino o no.

Entonces, en conclusión. Piensa, piensa mucho. No descartes ninguna idea ni escenario posible. Mira hacia el futuro con la intuición que nace de la experiencia que hayas recolectado en el camino.