Pensamiento creativo no es creatividad, va más allá y apunta a la habilidad para superar recetas preestablecidas. ¿Cuál es la diferencia?

Creatividad son ideas, propuestas, pensamientos disruptivos… es la capacidad que tienen las personas para aprovechar, de mejor manera, los recursos existentes. Sin embargo, en el ámbito empresarial estas destrezas no siempre son suficientes. Proyectos que se quedan en el papel, productos que no despiertan interés, servicios que fracasan por ser únicamente “diferentes”. Hoy, se habla de la necesidad de ir más allá del brainstorming, de los pliegos de papel y los talleres que abarcan mucho y concretan nada. En ese sentido, el pensamiento creativo se configura como una respuesta de innovación que incluye actitudes complementadas con una estructura de trabajo.

 

Muchas veces, se piensa que ser creativo es cualidad de publicistas, artistas y escritores, cuando en realidad es inherente a cualquier persona independiente de su oficio. Por ello, conversamos con Enrique Rojas, docente y experto en estrategia, planificación y emotional marketing, quien nos compartió 5 reflexiones sobre lo que implica el pensamiento creativo.

 

  • Proceso de cuatro niveles: una idea tiene que ser diferente, congruente, relevante y trascendente. De qué sirve una propuesta distinta, si no está vinculada a una necesidad ni despierta el interés de la gente.
  • Programación neurolingüística: averiguar las motivaciones del cerebro, descubrir habilidades internas y alinear capacidades en función de un mismo objetivo, permiten concretar las tareas de una manera más fácil, rápida y eficiente.
  • Gimnasios de la creatividad: la disrupción no llega por sí sola. Existen cuatro gimnasios (verbal, visual, auditivo y vivencial) que permiten desarrollar más y mejores propuestas. Leer, ver películas, asistir a conciertos, escuchar música, viajar, sentir, vivir experiencias… son la fuente de las nuevas perspectivas.
  • No existen fórmulas mágicas: nadie en el mundo tiene la fórmula para ser más creativo. El reto está en actualizarse, en buscar respuestas diferentes, en descubrir nuevas teorías y probar… siempre intentar.
  • Todos somos creativos: un médico, contador, ingeniero o abogado, no importa su profesión, es creativo en la medida que la creatividad constituye la actitud que permite alcanzar objetivos y solventar problemas.

El entorno está lleno de elementos que estimulan la imaginación y las ideas. El secreto, sin embargo, está en cómo se captan y procesan dichas ideas. Al final, se podría describir al pensamiento creativo como la disposición de una persona a realizar las cosas de manera distinta, a conectar, combinar y recombinar factores, a romper esquemas, innovar e indagar nuevas respuestas.

Esta visión disruptiva, innovadora y creativa es la esencia de todos los diplomados internacionales que la Universidad de Las Américas desarrolla en alianza con el Tecnológico de Monterrey.

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