Imaginemos (aunque es una realidad común y latente) que un emprendedor decide iniciar su negocio. El primer mes, gracias a amigos y conocidos, genera buenos resultados. Los siguientes periodos (como es habitual) empiezan a disminuir las ventas, sin embargo, el arriendo, los sueldos y los compromisos con proveedores, empiezan a generar déficits. El emprendedor intenta solventar la brecha con dinero propio y endeudándose con terceros. Al final, la falta de liquidez es insostenible y la empresa tiene que cerrar sus puertas, incluso cuando su propuesta era viable en el largo plazo. ¿Por qué pasa esto? Básicamente, porque no se hacen cálculos e ignoran los indicadores financieros que garantizan la operatividad del proyecto.

 

Hoy, un chef, médico, abogado o ingeniero puede ser bueno en lo que hace, destacar. No obstante, emprender precisa otras habilidades y, si desconocen los principios financieros, el negocio puede cerrar al mes de su estreno.

 

Al respecto conversamos con Willman Bravo, experto y catedrático del TEC de Monterrey, quien compartió 5 razones de por qué las finanzas no son materia exclusiva de expertos y resultan necesarias al momento empezar un negocio.

 

  • Asegurar capital de trabajo: de qué sirve tener un amplio patrimonio, sino existen los fondos para atender las obligaciones a corto plazo. En ese sentido, debe existir un balance entre el dinero que está en el banco, las cuentas por cobrar y los inventarios.
  • Los números predicen: las cifras, valores y resultados que se reflejan en estados financieros, diagnostican cómo está el negocio y, principalmente, predicen comportamientos futuros.
  • Revisar e interpretar informes financieros: los diferentes índices (rentabilidad, liquidez, actividad, rotación de inventarios, entre otros) sustentan decisiones de negocio; indican la pertinencia de invertir o adquirir deudas, si ampliar o vender parte del patrimonio. Incluso los resultados sugieren si es mejor continuar con el emprendimiento o dejar el dinero en el banco.
  • No dejarse llevar por el ejemplo del “vecino”: “si al señor de al lado le va bien, a mí por qué no”. Las personas suelen confiarse de los resultados que el vecino dice tener, sin considerar los riegos que todo negocio conlleva. Un análisis con datos reales anticipa el fracaso.
  • Tomar correctivos: si la empresa paga a sus proveedores cada mes, pero cobra a sus clientes cada 60 días, puede contraer problemas de liquidez (aunque depende del giro del negocio). Sin embargo, tener claro los índices, permite adoptar soluciones y mejorar la operatividad del emprendimiento.

 

Muchas veces, las personas se cierran a las finanzas y manifiestan no entender nada relacionado a los números. Postura que se traduce en desconocer indicadores y resultados. Los negocios que están iniciando no se rigen por fórmulas y cálculos complejos. Al contrario, siguen criterios elementales que, al ser bien gestionados, contribuyen a la continuidad de la empresa: si tengo 10.000 dólares por pagar en los próximos días, las cuentas líquidas deben contar con dicho respaldo; para qué comprar inventario (por más que esté en descuento) si no existe la demanda suficiente.

El ímpetu, las ganas, la determinación no bastan por sí solas: la gestión efectiva de un emprendimiento requiere entender de cifras y estados financieros.

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