Por Fernando Del Vecchio, Ph.D – Director del MBA en la Escuela de Negocios de la UDLA

Todo emprendedor tiene una audiencia compuesta por tres públicos: un tercio que aprueba lo que hace, un tercio que no lo aprueba y un tercio que es indiferente. ¿A cuál de los tres debería dirigir su esfuerzo?

Somos aquello a lo que dedicamos energía, tiempo y dinero. Aquello que controlamos es problema. Aquello que no controlamos no lo es.

Las personas enfocadas trabajan en lo que pueden controlar para el primer tercio de su público. Las personas desenfocadas, sin metas ni propósito, se orientan al segundo y tercer tercio con la intención de lograr su atención y modificar sus comportamientos.

Cuando nos enfocamos en lo que podemos controlar y respondemos al primer tercio, generamos valor; enfocándonos en el segundo tercio generamos su rechazo; y enfocándonos en quienes son indiferentes, desperdiciamos nuestra energía, tiempo y dinero.

Nadie ha logrado el 100% de aprobación de su audiencia. Por ello, como emprendedor, dedica tu energía, tiempo y dinero en aquello que controlas, únicamente para aquellos que forman parte del tercio que te aprueba, valora y/o ama.

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