El Impuesto a la Renta (IR) es un tributo directo que grava los ingresos de las personas naturales o jurídicas, más no las utilidades como erróneamente se cree. Para su efecto, el marco legal vigente permite la deducción de ciertos gastos para llegar al cálculo de la base imponible.

Con esta introducción, resulta útil conocer no sólo la estructura actual del régimen tributario, sino las buenas prácticas que procuran un orden al momento de declarar el IR. Por un lado, los cambios sustanciales dentro del marco impositivo se han orientado a evitar la elusión, así como la introducción del cálculo del anticipo. Además, se han presentado algunas modificaciones sobre qué tipo de gastos son deducibles o no.

Respecto a las acciones recomendables para realizar una declaración efectiva, se tienen que considerar los siguientes consejos:

  • Orden y estructura: cuantificar detenidamente los ingresos obtenidos. Al respecto, es importante vincularlos a la facturación, retenciones y actividad económica proveniente.
  • Relación ingreso – egreso: los gastos deben asignarse en función de un determinado ingreso.
  • Tener un buen respaldo: las autoridades realizan auditorías. Por ello, resulta indispensable la creación de un respaldo.
  • Organización y tiempo: no dejar la declaración para los últimos días; de hecho, se la podría realizar desde el 1 de enero. El Servicio de Rentas Internas tiene a disposición diversas herramientas de consulta.

Cabe mencionar que el Impuesto a la Renta, es progresivo para las personas naturales; las sociedades se sujetan a una lógica de proporcionalidad. En ese aspecto, los individuos que más ganan (excedente) están sujetos una tasa impositiva más alta. Las empresas, por su parte, se manejan por tarifica única (25% a 2019), que puede aumentar o disminuir en línea de una serie de castigos e incentivos a las inversiones.

Finalmente, el IR se caracteriza por su dimensión técnica. De hecho, al ser un tributo directo, su aplicación es recomendada por los países de la OCDE. No obstante, por temas del anticipo, varias han sido las críticas particularmente de sectores empresariales quienes no siempre tienen buenos resultados. En consecuencia, resulta fundamental entender a este impuesto a partir de la política fiscal, y no como un factor ideológico o de coyuntura.

Fuente: Juan Unapanta, docente de la Escuela de Negocios.