Un “lunes negro” fue lo que se vivió este 9 de marzo de 2020, en las bolsas de valores alrededor del mundo, a propósito de la preocupación por el coronavirus y la caída en el precio del petróleo. Es así como vemos, que el virus no solo afecta a la salud de las personas, sino también la de las economías. Cécile Sother, la nueva Directora de la Maestría de Finanzas, mención en Mercado de Valores y Banca realiza un análisis sobre las perspectivas que trae esta enfermedad a los mercados. 

¿Cuál es el panorama financiero que se vislumbra con el Coronavirus COVID-19?

El Coronavirus COVID-19 presenta un riesgo sanitario para distintos grupos específicos, porque el riesgo letal esta correlacionado con la edad. El riesgo económico no se encuentra relacionado con el virus per se,  sino que son las medidas tomadas para evitar el contagio y controlar la difusión y el impacto psicológico, lo que prima sobre los consumidores. Sin embargo, el impacto económico es doble: un choque en términos de oferta (a través del cierre de plantas en China, por ejemplo) y un choque en términos de demanda (menor consumo).

¿Hay ciertas industrias que se ven más afectadas que otras?

Las acciones más afectadas inicialmente fueron las de las empresas directamente impactadas por restricciones de viaje, como las aerolíneas, luego aquellas que dependen de cadenas de suministro remotas o de China directamente, como fabricantes de automóviles, o que se encuentran más expuestos a una desaceleración global liderada por China, como las empresas petroleras. Con la actual propagación del virus y nuevos focos de contagio afuera de Asia, es la economía global que empieza a estar afectada con interrupción del suministro de mano de obra, bienes y servicios. Por ejemplo, en Europa, millones de personas en cuarentena se traduce en un declive de la actividad económica próxima que anula en regiones enteras.

¿Cómo han reaccionado las bolsas de valores en el mundo ante el Coronavirus COVID-19?

Los mercados estaban valorados a la “perfección” al principio del año y el virus creó dudas sobre el crecimiento esperado en 2020. Todos los mercados de valores mundiales cayeron cuando se evidenció que el virus no era solo un problema chino. Las pérdidas son de más del 20% en los mercados en comparación con sus máximos de enero. El cobre y el petróleo (indicadores económicos) se hundieron; el oro y bonos de gobiernos (activos de refugio) aumentaron. El mercado enfrenta el miedo de una pandemia global y, las medidas para limitar la propagación del virus, tendrán consecuencias económicas impredecibles (plantas cerradas, etc.) con un impacto económico permanente.

¿Este tipo de pandemias podrían ocasionar una recesión? ¿Cuándo se verían estas consecuencias? ¿Cómo enfrentar una posible recesión? 

La constatación de que, primero, el PIB mundial probablemente se reducirá durante parte de este año. Y segundo, el riesgo inminente de pánico financiero y crisis crediticia, ha llevado a los bancos centrales a reducir las tasas de interés a un ritmo elevado, a niveles parecidos a los de la crisis financiera de 2008. Pero, el margen de maniobra es limitado ya que las tasas de interés ya son muy bajas particularmente en Europa. Al parecer el virus es un problema temporal que tendrá un impacto temporal con la actividad económica reanudando cuando el brote este contenido. Pero antes de eso, empresas y hogares van a enfrentar un gran problema de liquidez (cash crunch). Por eso, los responsables políticos y económicos no pueden solo limitarse a intervenciones monetarias en los bancos centrales y deben establecer políticas que aseguren el flujo de crédito entre los bancos y los mercados para ayudar a las empresas a enfrentar sus costos fijos y proteger a sus empleados (ayudar a empresas a pagar los sueldos) para que no pierdan su trabajo en los próximos meses.

En cuanto a recesión, ¿los países en vías de desarrollo, principalmente Latinoamérica, se verán más afectados o no?

Los países en desarrollo podrían tener más dificultades para lidiar con la propagación del Coronavirus COVID-19 (por falta de una estructura de salud, personal capacitado etc.), en consecuencia, su economía podría verse más afectada. Además, para las economías en desarrollo que dependen de la venta de materias primas, los efectos podrían sentirse muy intensamente. El Banco Mundial ha comprometido $ 12 mil millones en ayuda para los países en desarrollo que luchan contra la propagación del Coronavirus COVID-19 y el FMI promete también apoyo para las naciones vulnerables que pierden ingreso por falta de exportaciones (el Coronavirus COVID-19 elimina $ 50 mil millones de las exportaciones mundiales solo en febrero).

¿Cómo los tomadores de decisiones deben prepararse para evitar que sus organizaciones se vean afectadas?

Los tomadores de decisiones de las empresas deben estar listos para reaccionar de manera adecuada a una propagación del virus en todos los niveles de las cadenas: desde abastecimiento, producción, hasta distribución, todas esas áreas pueden estar afectadas y dañar la salud económica de la empresa. Estar listo significa tener suficiente stock, efectivo y diversificación y tal vez, apoyo político y financiero, para mantenerse durante la crisis hasta que el brote disminuya. Es decir, poder pagar a proveedores, cumplir con acreedores, así como todos sus costos fijos (como sueldos, sin tener que recurrir al paro), esperar el pago de distribuidores y probablemente asumir la caída de las ventas durante toda la crisis. Entender que el virus se está propagando en otros países, seguir su ritmo y establecer políticas conservadoras, en miras de mantener liquidez en la empresa por adelantado (antes de que el virus alcance el país), son probablemente, estrategias necesarias para sobrevivir ese tipo de crisis.

 

Profundiza más sobre este y otros temas de coyuntura en la Maestría de Finanzas, mención en Mercado de Valores y Banca.