Innovar está de moda. Es una palabra que se repite constantemente al interior de las empresas como el secreto actual para alcanzar el éxito. Luego vienen otras palabras como responsabilidad social con la cual muchas veces no podemos enganchar una relación.
El conocimiento es poder. Por eso la información es uno de los bienes más valiosos que tienen hoy las empresas y que si saben aprovecharla, seguramente tendrán una ventaja competitiva en el mercado.
Precisamente se llama negocios inteligentes a aquellos que hacen uso de las tecnologías para recolectar todo tipo de datos que luego son analizados y sirven para tomar las mejores oportunidades, analizar tendencias o simplemente tener las bases para decidir.
Aprovechar el talento de los millennials no es una opción sino una obligación hoy en día considerando que conforman más de la mitad de la fuerza laboral según un estudio realizado por Deloitte, dado a conocer en 2015.
Luego de centrar la atención en los baby boomers y la generación X, el mundo giró y volteó a ver los millennials. A este grupo de los nacidos entre 1981 y 1995 que tienen otras expectativas en la vida, que no les motiva trabajar solo por un sueldo y que quieren asumir posiciones importantes en la empresa, al grito de ¡ya!
Al llegar a una “y” en el camino Sancho Panza preguntó a Don Quijote “¿qué vía tomamos?”. La respuesta fue otra pregunta: “¿A dónde vamos?”… “No lo sé”. Así que la solución final es casi obvia: “entonces cualquier camino es bueno” sentenció el caballero.
Mentor, ra
Esas son algunas de las acepciones que aparecerán cuando busquemos la palabra en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Si nos referimos al mundo empresarial un mentor es exactamente eso, alguien que nos enseña el camino correcto por el cual transitar, quien nos orienta cuando nos perdemos y que está allí para ser parte de nuestro crecimiento como uno de los pilares fundamentales.
Crisis, recesión. Palabras fuertes que nos desequilibran por estos tiempos y que hacen temblar hasta a los empresarios más confiados.
La mejor receta para enfrentar el miedo es pararse firme, ver oportunidades y promover el desarrollo incluso cuando la meta haya debido acoplarse a la estabilidad más no al crecimiento.
La tecnología atraviesa nuestras vidas. Estamos conectados todo el tiempo. El celular es ya una extensión de nosotros mismos tal y como lo predijo Marshall McLuhan décadas atrás. Consumimos contenidos gracias a la nube, nos conectamos con nuestros seres queridos a través de diferentes aplicaciones, hacemos compras a través de Internet…
En la empresa el escenario es el mismo pero la potencialidad es, por mucho, superior a toda la tecnología básica que utilizamos en nuestra vida cotidiana. En esta nueva era digital el panorama es otro, cambiante, con muchos desafíos, con innumerables oportunidades que aprovechar. Y los llamados a la evangelización de esta nueva idea son los CFO.
Evaluar es un proceso básico en la vida cotidiana. Evaluamos, por ejemplo, cuando decidimos comprar el último iPhone. ¿Cuáles son las diferencias con la versión anterior?, ¿tengo el dinero suficiente?, ¿lo compraré en el país o en el extranjero?, ¿este es el momento preciso de mi vida para hacer esta compra? … son algunas de las preguntas que nos hacemos. Evaluamos también antes de tomar una decisión personal como cambiarnos de trabajo, casarnos, tener hijos, ir de vacaciones.
Si un colaborador tiene una mala conducta en su trabajo y no está dando los resultados esperados, tú:
Quizás lo más fácil sea seleccionar alguna de las tres primeras opciones pero nosotros escogeríamos la última, la “d” con un pequeño añadido: la capacitación.
Controlar los riesgos financieros, garantizar el flujo de efectivo y el capital de trabajo, respetar estrictamente las normas financieras y generar mayor valor al cliente son algunos de los retos que tienen los CFO actuales.
Considerando esos temas mantenerse en esta posición en las empresas no es tarea fácil. Las exigencias para estos profesionales demandan una constante preparación y conocimiento del entorno. Ya no solo se trata de leer los informes sino de todo lo que pueden hacer con ellos como identificar oportunidades y prevenir riesgos.