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Colada morada y guaguas de pan, una tradición milenaria

La colada morada y las guaguas de pan como símbolo de reunión, congregación y encuentro. Si algo distingue a los manjares de finados es precisamente la rememoración de los que ya se han ido, de la identidad y conexión con nuestras creencias, tradiciones y costumbres. La Universidad de Las Américas, la Alcaldía y Quito Turismo, así lo han entendido con la premiación a los 20 establecimientos que mejor preservan las recetas ancestrales: los restaurante, hoteles y cafeterías que mantienen vivo el mestizaje de la gastronomía ecuatoriana, las mezclas, los secretos, los saberes…. Además, se realizó una condecoración a todos los agricultores y campesinos quienes, con sus cultivos de calidad, ecológicos y sostenibles, hacen posible la preparación de estos platos.

La muerte como continuación de la vida

Los aromas y sabores de la colada morada despiertan emociones, evocan las visitas a los cementerios y los momentos que se comparten en familia. Es por ello que su principal valor, recae en el vínculo con los seres queridos, con los que están y los que ya han fallecido. A criterio de Felipe Romero, decano de la Escuela de Gastronomía, la importancia de esta tradición reside justamente en el recuerdo de nuestras raíces, en la posibilidad de revivir historias y seguir con construyendo legado. Por ello, desde la academia se trabaja continuamente en preservar e innovar, en resguardar el significado de las recetas del país y transmitirlas entre las siguientes generaciones.

En este festival, participaron cerca de 40 establecimientos divididos en tres categorías: hoteles y restaurantes, cafeterías y panaderías, y nuevas tendencias. Para llegar a los finalistas, se analizaron diferentes aspectos como sabor, presentación, instalaciones, salubridad y receta.

A propósito del trabajo de los chefs, de las combinaciones y preparaciones, éstas no serían posibles sin el enorme esfuerzo de aquellos productores de la agricultura familiar y campesina dedicados a la siembra y custodia del ishpingo y el maíz morado, de los naranjos y mortiños.

Al respecto, todos los participantes destacaron la importancia de los ingredientes que cultivan las diferentes asociaciones agroecológicas y campesinas. Según Ana María Varea, coordinadora del Programa de Pequeñas Donaciones del PNUD, el trabajo que adelantan miles de agricultores forma parte de una cadena que inicia en el campo y termina en la mesa de los consumidores. “Felicito a la Universidad por evidenciar el esfuerzo de los productores, por impulsar prácticas comerciales justas, por remover una gastronomía sostenible y saludable”.

Cabe mencionar que, como parte del festival, se realizó una ceremonia que condecoró a 10 asociaciones de pequeños productores por su amplia contribución a la preservación de los ecosistemas.

A continuación, compartimos los homenajes que se ofrecieron en este encuentro:

En contexto:

  • “Dedico esta ofrenda a mi abuela Esperanza. Ella fue muchos años profesora de Historia y sabía mucho de las nuestras tradiciones. Me encantaría volver a reunirme con ella y disfrutar esta costumbre juntos”, Casa Gangotena.
  • “La preparación la dedico a mi padre, quien sorteó cada obstáculo y dificultad para alzarse como el ser más sabio e importante de mi vida. Él me enseñó a ser perseverante y trabajadora”, Frutería Monserrate.

El festival de coladas moradas forma parte del proyecto de “Gastronomía sostenible y saludable” que promueve la UDLA y cuenta con el apoyo de Quito Turismo y la Alcaldía de la ciudad.

Los 20 establecimientos que obtuvieron el reconocimiento son:

Restaurantes: Honey & Honey, Casa Gangotena, Frutería Monserrate (La prensa), Achiote Ecuador Cuisine y Tres Guabos.

Hoteles: Finlandia, Dan Carlton, Sheraton, Citimed, Barnard, Wyndham Quito Airport, La Posada del Chagra y Mercure Hotel Alameda,

Cafeterías y panaderías: Cyrano Corfú, Cafetería San Ignacio y Cafetería Fior di Latte.

Nuevas tendencias: La Pola Gastronomía, Las Quesadillas de San Juan, Cositas Finas de la Florida y Santana Tasting Lounge.