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Estudiantes de Hospitalidad y Turismo se comprometen con su pasión

Cuando Cristóbal Colón realizó su segunda visita a América conoció la piña, una fruta típica de Paraguay y Brasil. Su sabor le gustó tanto que se convirtió en un símbolo de bienvenida y de amistad. Era muy común que los nobles exhibieran esta fruta en un evento social como una representación de que sus invitados eran bien recibidos en su casa.

Hoy, la piña sigue representando lo mismo a nivel mundial y ha sido acogida por la industria de la hospitalidad como su insignia con la que se reconocen y comprometen todos los profesionales que se dedican a ella.

Por eso, los estudiantes de Hospitalidad y Hotelería de la UDLA, recibieron un pin con el diseño de una piña junto al logo de la UDLA, su casa formadora. “Esta entrega representa la fraternidad que nos caracteriza, el valor que damos a cada persona que atendemos, la pasión por el servicio, la atención al detalle”, cometa Mónica Alatorre, Decana de la Escuela de Hospitalidad y Turismo de la UDLA.

El pasaporte es otro de los símbolos que recibieron los estudiantes de esa escuela, específicamente dirigido a la carrera de Turismo. “Su significado dice que es un documento oficial que permite a una persona viajar a otros países y probar quienes son. Este es un símbolo de la libertad, de la amplitud de criterio, de soñar y de consumar sus sueños, de estar a gusto en tierras cercaba y lejanas”, aclara Mónica.

Así, los futuros profesionales de Hospitalidad y de Turismo de la UDLA se comprometieron, la noche del 25 de octubre de 2018, con la excelencia que aplicarán en todo lo que hagan durante su tiempo académico y luego, cuando formen parte del mundo laboral.

Esta carrera requiere una vocación especial, un apego, una dedicación. Sabemos que es una carrera difícil y desde los años de educación ya se advierte la disciplina, el método, la perseverancia que se requiere en esta industria tan compleja”, enfatizó Carlos Larreátegui, Rector de la UDLA durante el discurso de apertura a la colocación de insignias.

Y es que ambas profesiones son similares a la de los médicos, menciona Mónica. Una persona puede trabajar durante días feriados, en las noches, en fechas especiales mientras otros descansan, lo cual demuestra su compromiso con el servicio que brindan a los demás.

En total, son alrededor de 200 estudiantes de 1° a 3er. semestre y graduados quienes recibieron las insignias en dos ceremonias. Quienes todavía están cursando sus estudios recibieron un pin de plata y al graduarse se les otorgará uno en color dorado. Se planifica realizar esta ceremonia al inicio de cada semestre.

“Este símbolo compromete a los estudiantes a dejar por todo lo alto el nombre de la universidad y a dar lo mejor de sí mismo cuando salgan al mundo laboral”, explica Damián Carrera de 3er. semestre. Y algo similar opina Oswaldo Almachi, padre de Josselyn también estudiante de la Escuela. Para él, ver que su hija está cumpliendo sus sueños y alcanzando sus metas es un orgullo.

Estos pines, que los estudiantes portarán de por vida, además de generar un compromiso con la institución también harán que se identifiquen con sus colegas en cualquier lugar del mundo donde se encuentren. Además, “estamos seguros que  esta pasión por el servicio a los demás permeará y se hará presente en todas las esferas de su diario vivir”, detalló Mónica. (DB)