Un museo interactivo e itinerante es la propuesta de los estudiantes de Arquitectura e Ingeniería en Sonido y Acústica de la UDLA. Este proyecto se llama Uyuay y está dirigido a generar un espacio lúdico y cultural para niños con discapacidad visual.
Son varias estaciones que recorren los visitantes y van despertando diferentes sensaciones principalmente relacionadas al oído y al tacto. Si bien está orientado a niños con discapacidad visual, no es exclusivo para ellos, por eso, quienes no tienen esta condición utilizan un antifaz para estimular otros sentidos en su recorrido. “Este es un proyecto de inclusión ya que hemos visto que hay deficiencia de espacios lúdicos incluyentes en la ciudad”, comenta Daniela Maldonado, Docente de Arquitectura y Coordinadora de proyectos de vinculación de esa carrera.
“La planificación de este proyecto nace hace tres años y es la primera vez que dos carreras de la UDLA ponen en común sus destrezas para armar un proyecto de vinculación con la comunidad”, explica Luz Dary Ulloa, jefe de Vinculación con la Comunidad de la universidad.
Luego de haber construido el espacio físico y armar el escenario sonoro, a inicios de febrero se puso en ejecución, por primera vez y se recibió la visita de alrededor 150 niños de escuelas fiscales y del Instituto Especial Mariana de Jesús.
El recorrido
El paseo por el museo cuenta la historia de Quito. Primero narra sobre los Quitu que vivían en el volcán desde el 500 d.C., pero que debieron enfrentarse a un diluvio y a las erupciones volcánicas. Luego viene la reconstrucción de la ciudad y finalmente el festejo a través de la fiesta.
Todo ello se cuenta únicamente usando sensaciones sonoras y táctiles. Por ejemplo, cuando cae el diluvio, “los niños pueden tocar el agua y generar sonidos con ella”, explica Adrián Cabezas, Docente de Ingeniería en Sonido y Acústica. También, en la reconstrucción de la ciudad, cuenta que los niños arman un rompecabezas sonoro, ya que al colocar cada pieza en un espacio se genera una composición musical.
“A nivel pedagógico, puedo decir que esta es una forma distinta de como los niños perciben la información. Es interesante ver el comportamiento durante el recorrido y compararlo con su forma de ser en el aula de clase. Se evidencia que adoptan de otra manera el conocimiento”, comenta Andrés Malo, Profesor de 7° de Básica de la Unidad Educativa Fiscal 9 de Agosto, quien visitó con sus alumnos el proyecto.
La infraestructura
La carrera de Arquitectura aportó con la construcción de las estaciones, de las carpas, los módulos y luego las texturas interiores y los juegos que se complementan al sonido para generar otras sensaciones, explica Daniela.
Para los módulos, se convocó a un concurso entre los estudiantes de la clase de Taller de Diseño Básico. El objetivo fue desarrollar un módulo que sea replicar y montar fácilmente, lo cual bocetearon, probaron y sacaron un producto final que es el que se montó en la presentación de inicios de febrero.
Cristian Ordoñez, estudiante de Ingeniería en Sonido y Acústica, explica que para la grabación de los sonidos se utilizó todo tipo de tecnología, por ejemplo, en la primera estación se simulan diálogos 3D que brinda la sensación como si una persona está hablando junto al visitante. Adrián añade que los estudiantes trabajaron en este proyecto en las clases de Arte Sonoro, grabaron los sonidos en la naturaleza y luego usaron “los microprocesadores arduinos para la recepción de señales y así lograr las partes interactivas del recorrido”. (DB)
