Una fábrica con iluminación natural e integrada con el entorno. Viviendas diseñadas por catálogo a partir del estilo de vida de cada familia. Proyectos de rehabilitación urbana centrados en la cooperación ciudadana. Espacios públicos pensados en función del encuentro, el medio ambiente y la movilidad alternativa. ¿Qué tienen en común todas estas propuestas? La visión de una arquitectura moderna, de vanguardia, apegada a las necesidades de la comunidad y las vivencias del ser humano, sus experiencias, sus realidades. Esta perspectiva justamente es lo que diferencia a Roberto Morales y Carolina Rodas, docentes de la carrera de Arquitectura quienes, por el alcance de sus obras e intervenciones, fueron invitados a participar en eventos internacionales de prestigio.
¿Qué define su posición arquitectónica? ¿Cuáles son sus propuestas? En la siguiente nota, te compartimos un poco más de sus proyectos caracterizados por incluir metodologías colectivas configuradas desde el diálogo, la crítica y la innovación.
Una propuesta joven y diferente
Roberto participó en la Bienal de Arquitectura Latinoamérica que se realizó en Pamplona, España. Este evento dio cuenta de aquellas oficinas emergentes de la región, cuyos miembros son menores de 40 años y están marcando tendencia. Su firma, “TEC Taller EC”, asistió en representación del país posterior a una curaduría liderada por Ana Gabriela Salvador. Cinco obras de su coautoría fueron presentadas en un ciclo de exposiciones y conferencias. Según el docente, sus proyectos se diferencian por abarcar distintas tipologías y escalas que van desde un espacio gastronómico de 100m2 hasta un edificio de oficinas, Halcón, de 8000 m2 que rompe con las dinámicas tradicionales.
Dentro de su exposición, destacaron propuestas como Casas FF cuyo diseño es llamativo por las condiciones complejas del terreno (pendiente), la dinámica de laberinto, la superposición de elementos y los diversos volúmenes presentes en el espacio. Roberto concibe a la arquitectura como la suma de capas que, al ensamblarlas, conforman un sistema, un proyecto. Y es que, a su criterio, la creación de estas estructuras no se logra a partir de única postura, sino en torno al debate, el diálogo, la articulación de ideas. Condiciones que se manifiestan, justamente, en la docencia y la academia.
Volviendo a las bases: el lado humano del urbanismo y la arquitectura
Un estudio independiente enfocado en la optimización de recursos, la configuración de espacios en coherencia con las necesidades del lugar, la memoria y el desarrollo de la comunidad. De esta manera, se podría definir a Rama, estudio conformado por Carolina, Karla Chávez y Felipe Donoso que, por la relevancia de su trabajo, ha recibido reconocimientos e invitaciones. Una de ellas, la Bienal de Urbanismo y Arquitectura de Chile, evento en el que nuestra docente asistió como conferencista. Iniciativas incluyentes a nivel barrial, de ciudad y vulnerabilidad, fueron los ejes de su ponencia que rescató el valor del ser humano como centro de los procesos arquitectónicos y de ordenamiento territorial.
En ese sentido, su conferencia resaltó proyectos como espora cuya dirección apuntó a la creación de estrategias virales de organización comunitaria con el propósito de atender problemas sociales, de ornato e infraestructura. Otro de sus iniciativas expuestas, fue la que adelantaron en Ambato orientada a la rehabilitación de escalinatas. Sin embargo, esta intervención más allá de la obra, comprendió propuestas colectivas como huertos urbanos, puntos de encuentro, además de espacios para actividades económicas y culturales.
Hoy, la arquitectura ya no basa únicamente en el “buen juicio” de los profesionales; al contrario, constituye un proceso de planificación y proyección con la gente, con las personas que convergen en los diferentes espacios. Quizá, esta nueva lectura distingue a nuestros docentes, quienes brillan internacionalmente.
En contexto
Cabe mencionar que Carolina fue designada como miembro de un jurado internacional en el Concurso Iberoamericano de Arquitectura UFLO (Argentina).
